China cuenta con un fondo de 100.000 millones de yuanes (unos 15.300 millones de dólares) para asistir a los despedidos por la reconversión

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15 de marzo de 2017, 7:46 AM
15 de marzo de 2017, 7:46 AM

El primer ministro chino, Li Keqiang, evaluó hoy que la reconversión industrial iniciada el pasado año en el sector del acero y del carbón, por sobrecapacidad, le costará al Estado un millón de empleos en 2017.
 

"Es la cifra a la que estimamos ascenderán las personas afectadas por la reconversión si sumamos los números de este año y el anterior", aseguró Li en la última sesión del pleno anual de la Asamblea Nacional Popular (Legislativo).
 

De entre los afectados, contó el mandatario, 720.000 personas recibieron "asistencia efectiva" en 2016, aunque "algunos cientos de miles" de estos afectados aún no han encontrado un nuevo trabajo.
 

Li explicó que China cuenta con un fondo de 100.000 millones de yuanes (unos 15.300 millones de dólares) para asistir a los despedidos por la reconversión, una cifra que no ha variado desde que fuera anunciada en la última sesión de clausura de la asamblea, en marzo de 2016.
 

A pesar de que en los últimos años el número de demandantes de empleo se ha incrementado, Li afirmó que China no permitirá el "desempleo masivo" y explicó que esta situación ha generado "una fuerte presión sobre el Gobierno".
 

"Un millón de empleos urbanos más, esa es la meta que nos hemos fijado para 2017", manifestó el mandatario, una cifra con la que esperan paliar los empleos perdidos tras la reconstrucción industrial.
 

Sobre la situación general del mercado laboral en China, Li reveló que más de 7,5 millones de graduados universitarios se incorporarán este año al mismo, un "récord histórico".
 

El mandatario chino apuntó que el gigante asiático generó 13 millones de nuevos empleos al año desde 2013, entre otros factores "gracias al emprendimiento y la innovación", lo que les ha permitido mantener un ratio de desempleo "muy bajo".
 

Li hizo un llamamiento a la "responsabilidad social" de las empresas chinas como catalizadoras para la creación de empleo y les sugirió que ayuden a sus antiguos empleados con subsidios, de acuerdo con la "arraigada cultura cooperativa" que comparten.