Residentes en Italia y Estados Unidos envían recursos para las ollas comunes en los barrios de la ciudad. Los vecinos que se instalan en la rotonda del segundo anillo y avenida Beni canalizan este apoyo

24 de noviembre de 2022, 4:00 AM
24 de noviembre de 2022, 4:00 AM


El jenecherú en el segundo anillo de la avenida Beni es testigo de la solidaridad que llega del exterior para la alimentación de los que enfrentan la lucha por el censo. La comunidad boliviana en Estados Unidos e Italia ha hecho posible la entrega de bolsas solidarias para 130 ollas comunes en rotondas y barrios fuera del quinto anillo. 

La ayuda se canaliza a través de los vecinos de la mencionada rotonda.
La iniciativa surgió a raíz de las publicaciones que los vecinos hicieron circular en sus redes sociales mostrando la ayuda que se lleva hasta los puntos de bloqueo. Esto movió a la comunidad bolivianos en Italia y Estados Unidos que fortalecieron la colaboración a los barrios, explicó David Mendoza Gutiérrez, uno de los promotores.

Realizan entre 15 y 20 entregas cada día. Este miércoles, entre el listado, estaban los vecinos del sexto y noveno anillo de la avenida Virgen de Cotoca.

La primera entrega con ayuda del exterior la hicieron con el aporte de los residentes de Milán. Les dotan víveres y carnes, donde incluyen cabezas de cerdo para las patascas que tradicionalmente se hacen en los barrios. Además, en la bolsa solidaria no falta el café, los condimentos y el pan.
Cada punto recibe alimentos por un valor de entre Bs 300 y 400.

“Todo esto es solo para las ollas comunes, ese fue nuestro compromiso y lo entregamos a los vecinos sorteando los puntos de bloqueo para hacer la distribución”, explicó Mendoza.

La ayuda también ha llegado a otras instituciones como hogares de niños y de acogida.
“Estamos haciendo el servicio social por el encargo de la comunidad boliviana en Milán, en Turín y en Estados Unidos. Ya van más de 130 entregas que se ha hecho”, remarcó.

Los residentes participan de las entregas a través de videollamadas y de fotografías que intercambian, lo que ha facilitado los reencuentros con muchos amigos que han salido del país en busca de mejores días.
“Los bolivianos que viven en el exterior se sienten muy agradecidos, porque querían llegarle a la gente y seguir de cerca el sentir de la población. Ellos interactúan con los vecinos, hay lágrimas de por medio, porque hay quienes se reencuentran a la distancia, es muy emotivo todo eso”, indica.

Hay personas que llegan desde los barrios hasta la rotonda de la avenida Beni para gestionar una colaboración para sus ollas comunes.
En esta rotonda se reúnen vecinos de los barrios Máquina Vieja, La Santa Cruz, Fleig y El Paraíso. Se organizan en turnos, para no dejar sin custodia este punto.
Sus aportes también financian la olla común en este sitio.

La ayuda local es grande
En el resto de los puntos de bloqueo la solidaridad de la gente también se hace sentir. Llegan con sus aportes, con víveres, horneados, chicha, somó y refrescos.

En el sexto anillo y 2 de Agosto, en el quinto anillo de la av. Alemania, en el cuarto anillo de las avenidas Mutualista y Virgen de Cotoca, entre otras rotondas, están organizados en la preparación, incluso hay turnos para cocinar.

Magdalena Landívar y Fátima Céspedes, vecinas del barrio Los Tusequis, son algunas de las que ayudan con la preparación.
“Recibimos donaciones de la gente que nos apoya, de la que no sale a bloquear, pero de alguna forma respalda la medida, nos traen víveres para la olla común. Con todo eso se garantiza la comida diaria para las familias que están en los puntos de bloqueo”, indicó Magdalena.

La gente asegura que las ollas comunes no pueden faltar en las grandes movilizaciones como en esta lucha por el censo, toda vez que garantizan el alimento para todos los que se mantienen firmes en las rotondas.

Esto ha ayudado a la confraternización, puesto que familias enteras están en las calles, por lo que aseguran que comer de la olla grande no quiere decir que descuidarán el menú, pues se esmeran por preparar platos típicos y tradicionales.

Algunos han recordado y degustado el sabor de la comida a leña. El locro, el majao, la patasca y el churrasco han sido uno de los platos que más se han servido, aunque también preparan de acuerdo con los ingredientes que tiene o de las donaciones que reciben.

En algunos lugares también preparan chicha, somó y empanada que sirven a cambio de un aporte para la comida.
La iniciativa de la gente también lleva a organizar actividades recreativas con el fin de recaudar fondos para la comida, principalmente bingos con premios donados. Esto se ha convertido en un momento de esparcimiento, pues los vecinos se alistan sus monedas para participar del juego.

Improvisan negocios
En los alrededores de rotondas y calles, que es donde más se concentra la gente, también han proliferado emprendimientos de algunas personas que buscan el sustento de sus familias en estos días de paro.

Los canastos de pan, empanadas, gelatina, somó, cuñapé, tamal, hamburguesa y una variedad de refrescos y postres se ofrecen en los puntos de bloqueos. Los jóvenes han sido inquietos. En el cuarto anillo de la Radial 26 una pareja de jóvenes, de 23 y 24 años, ofrecían pie de limón a Bs 7. “No se gana mucho, pero ya sirve para algo”, manifiestan.