Opinión

22 de enero, Día del Estado Plurinacional

26 de enero de 2021, 5:00 AM
26 de enero de 2021, 5:00 AM

Este año el MAS, recuperado el poder con la elección de Luis Arce Catacora como presidente de Bolivia, restableció el feriado del 22 de enero y, como en el 6 de agosto, leyó un discurso-informe. Realmente no se esperaba que el presidente ofreciera una amplia relación de supuestos logros en el breve tiempo que transcurrió entre su asunción al mando y este día. Más aún en estos tiempos difíciles, ocasionados en gran parte por la pandemia del coronavirus.

Pero esta fecha fue aprovechada por el presidente para referirse, con indisimulado encono, a la ex presidente Jeannine Añez por supuestos yerros. Es más, acusa al anterior gobierno de actos de corrupción, aunque eso es ver la paja en el ojo ajeno y no la astilla en el propio. Los casos de corrupción del anterior gobierno del MAS, son muy graves y probados. Si se trata de moralizar el gobierno, habría que hacer que la justicia –tan sumisa al actual gobierno– cumpla con el deber de enjuiciar, sin influencias políticas, a todos los corruptos.

Por otra parte, es cierto que el señor Arce hereda una difícil situación del país, provocada por la pandemia del coronavirus, además de haber terminado la era de los precios internacionales, excepcionalmente altos, de los productos que exporta Bolivia. El ahora presidente ya no podrá, como cuando manejó la economía del país, financiar lo innecesario para cumplir con los caros caprichos de su entonces presidente.

El presidente Luis Arce Catacora se empeñó en su discurso en negar el fraude del entonces oficialismo en las elecciones del 20 de octubre de 2019. Repite una consigna conocida: la OEA es culpable de la versión del supuesto fraude electoral, a través de una comisión de expertos para verificar los comicios. Realmente, inclusive sin ese informe técnico, los ciudadanos vieron cómo se deformaba la voluntad popular, con un padrón de electores totalmente alterado, junto a otras maniobras ilegales.

Es más, repitió la versión de que el anterior gobierno transitorio fue producto de un golpe de Estado. Eso no es verdad. Se trata de consolidar una falsedad. En efecto, los entonces presidente y vicepresidente renunciaron ante la presión popular, y se dio lugar a la sucesión establecida por la constitución en vigencia. Es más: olvida que la Asamblea Legislativa, en la que el MAS tenía una apabullante mayoría, siguió funcionando durante todo el tiempo en el gobierno interino.

Por otra parte, el señor Arce Catacora afirmó que su presidencia tiene la tarea de recuperar la democracia, olvidando que él fue electo en elecciones generales, o sea una condición esencial para que se reconozca la democracia.

Hay más, pero las malas conductas, supuestamente democráticas, abruman.



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