A falta de pan… galletas

Pese a todos los esfuerzos que hago, me es cada vez más difícil comprender cómo se atraviesa sin mayores sobresaltos la situación actual del país: grandes extensiones de tierras incendiadas, sequía, sensación de crisis económica, con dólares que desaparecen y reaparecen conforme se desarrolla la guerra entre las cúpulas del MAS; destrucción total del sistema judicial, incluidos el Ministerio Público y la Procuraduría del Estado; corrupción que crece imparable, junto al narcotráfico, el contrabando, la importación legal o ilegal de automóviles, y un largo etcétera que termina eliminando toda lógica para hacer un análisis.

Ante esa situación el presidente presenta su tercer informe de gestión con un contenido que más bien correspondería a la campaña electoral o, con más benevolencia, al que debió ser su discurso de posesión el 2020, más dirigido entonces a satisfacer a su otrora jefe y mentor.

Frente a esta realidad, que produce escalofríos, vergüenza ajena, lástima y auto denigración, así como mayor incertidumbre, lo que pasa en otros países podía servir, hasta no hace mucho tiempo, de paliativo en sentido de que “mal de muchos, consuelo de tontos”. Pero, ahora, ni eso.

Ecuador acaba de salir de un violento proceso electoral en el que felizmente se impuso la cordura, evitando que representantes del socialismo del Siglo XXI retornen al poder. En España, acaba de ser reelegido Pedro Sánchez como Presidente, evitando que el lado opuesto del socialismo del Siglo XXI, la derecha española radicalizada por Vox y Ayuso (presidenta de Madrid), tomen el poder. En Colombia, su Presidente, alineado con el Socialismo del Siglo XXI, acaba de sufrir una buena tunda electoral regional.

Sólo nos queda Argentina como consuelo. Este domingo se realizará el balotaje entre el candidato oficialista y un autodenominado libertario (por liberal… y argentino). Ambos, de una u otra manera, llevan en sí gérmenes y expresiones del peronismo (y, como se sabe, dentro del peronismo siempre han cabido corrientes extremas. A manera de ejemplo, Néstor y Cristina Kirchner o Menem o, como en los trágicos 80, Isabel Perón y los militares o los Montoneros).

He intentado graficar la disyuntiva que tienen los argentinos con la que pudiéramos tener los bolivianos si llegamos a la segunda vuelta electoral en 2025. Me he imaginado diversas fórmulas, y son tan o más escalofriantes que la que tienen ante sí los argentinos, por lo que para evitar susceptibilidades prefiero no difundirlas.

Más bien prefiero recordar que hasta la elección de 2002 regía en el país el sistema de que la segunda vuelta electoral se daba en el Congreso Nacional cuando ninguna de las candidaturas sacaba la mayoría absoluta, lo que evitaba mayores angustias a la gente, que, de otra manera, en 1985 hubiera tenido que volver a las urnas para elegir entre Hugo Bánzer y Víctor Paz Estenssoro; en 1989, Gonzalo Sánchez de Lozada y Banzer (y Paz Zamora nunca habría sido primer mandatario); en 1997, Banzer y Juan Carlos Durán y, en 2002, Sánchez de Lozada y Evo Morales.

Entre 2005 y 2020, el MAS obtuvo mayorías contundentes, salvo en 2019 (que es otra historia), que evitaron segundas vueltas. Pero, hay que estar preparados para que desde 2025 debamos participar en balotajes, en los que nos enfrentaremos a candidatos que no nos convencen y pese a ello sentir que estamos obligados a elegir al mal menor salvo que, como está sucediendo en Argentina, se comience a valorar, para la segunda vuelta electoral, el voto en blanco, como lo están haciendo muchas personalidades de ese país.

El objetivo es mostrar que hay una corriente dentro de la ciudadanía que no está de acuerdo con ninguna de las dos candidaturas. Y esta corriente es tan importante numéricamente, que debería obligar a quien resulte finalmente elegido Presidente tomarla en cuenta a la hora de adoptar definiciones importantes.

Con esas divagaciones uno puede olvidarse un rato de la dura realidad y recuperar la esperanza en que más temprano que tarde el país volverá a un cauce democrático del que no debió apartarse por cantos de sirena…