A Juan Carlos Durán Saucedo

“Amigo querido, se fue Juan Carlos... ésas fueron las palabras que me escribió Monina Estenssoro, su compañera de sus últimos años, una mujer solidaria y entregada por completo a esa relación.

Lo conocí a Juan Carlos allá por el año 1977, él recién volvía a Santa Cruz como abogado y yo estudiaba Derecho, hice mis prácticas jurídicas con él en su bufete, luego pasamos a trabajar al Bank of America, yo militaba en el MIR, él lo sabía porque varias veces llegaba al trabajo desvelado y con las manos con pintura de poner en las paredes “Resistir es vencer”, que era nuestro lema contra la dictadura. Fui candidato a la FUL y gané las elecciones el año 1979, y aun sabiendo mi militancia, me ayudó. Luego vino el exilio y una vez reconquistamos la democracia, cada uno tomó su camino, nunca perdimos el contacto humano aun en los momentos de la tensa relación que existía entre nuestros partidos, y es que fuimos adversarios, no enemigos. Nos volvimos a encontrar en la dirigencia deportiva, él como presidente de Real Santa Cruz, yo como presidente de la Liga de Fútbol, también en la Mutual de Exjugadores de Fútbol, cada uno en su equipo.

En mi actual exilio, siempre que venía a Miami, me visitaba para charlar del país, de la marcha de nuestra región y de las preocupaciones comunes; la última fase de su vida la viví con él en mi casa en Miami junto a Monina, Gabriela y Andresito; no fue fácil, un cáncer agresivo lo fue devorando y debilitando de a poco, pero a pesar de todo, tenía unas ganas de vivir, pero nadie puede contra los designios de Dios.

Querido doctor, ya descansa en paz, lo merece, estaba sufriendo mucho, el dolor de su cuerpo era insoportable, las complicaciones. Me quedo con el recuerdo de las tardes de fútbol sufriendo por el Real Madrid, de nuestras charlas armando estrategias de cómo recuperar la democracia, es que sacaba fuerzas de flaqueza para hablar de política. Descanse en paz, reencuéntrese con la señora ‘Chingui’, no vivió en vano y murió como todo político de cepa, de los quedan pocos, peleándola hasta lo último.

Mi solidaridad con Heidy su exesposa y amiga, con Alejandra y Juan Carlitos, a quienes conocí desde muy chicos.

Paz en su tumba.