Opinión

¿A qué apunta Creemos?

14 de octubre de 2020, 5:00 AM
14 de octubre de 2020, 5:00 AM

Me costaba entender, como a muchos, cuál era la estrategia de Camacho al ver que atacaba con más saña a Mesa que al MAS, fragmentando el frente opositor y disminuyendo esos preciosos puntos a Mesa que podrían evitar el regreso del MAS al poder. Pensábamos que era obvio para todos que la prioridad era la salida del MAS, pero por lo visto y ante los acontecimientos podemos percibir que no es así. Había algo que no entendíamos.

No es políticamente correcto que Camacho lo diga públicamente, pero parece que la prioridad de Creemos y la del conglomerado conservador que lo acompaña no es el de evitar el retorno del MAS, pues saben que eso no está a su alcance con su 17%. Su prioridad es construir un movimiento político cruceño que pueda hablar fuerte en el contexto nacional, defendiendo determinados intereses. Les interesa el partido cruceño, que con un contenido marcadamente tradicional/conservador defienda y consolide los intereses del modelo cruceño.

Este movimiento político está aprovechando hábilmente el carácter emocional, arrofaldado audaz y metedor del cruceño, sin darle espacio para meditar, calcular y razonar sobre los pasos que se siguen y sobre el costo político de estos pasos para todo el país. Se está aprovechando del espíritu cruceño para evitar hablar del costo de esta operación, que es el del retorno del MAS. En las explicaciones que se dan, siempre ambiguas, nunca se dice claramente que esa no es la prioridad, no lo dicen, evitan la realidad, las consecuencias y el costo político de su aventura para el país.

Culturalmente, este movimiento se inserta en el “negacionismo” y el conspiracionismo vigente en el mundo: el creacionismo niega la ciencia, la evolución, las vacunas, el uso del barbijo, las estadísticas, las encuestas etc. Todo eso en el marco del conspiracionismo, atribuyendo todo a misteriosos grupos malvados y secretos que pueden ser Bill Gates, los banqueros judíos y en nuestro caso la conspiración es de los intelectuales, los centralistas, los collas, las encuestadoras y los medios, todos ellos contra Camacho.

Así las cosas, lo que se está planteando al país es la lucha entre dos movimientos populistas y autoritarios extremos. Sin embargo la sociedad cruceña es una sociedad más variada y preparada que lo que se supone, hay liberalismo democrático, conciencia ambiental, interés por las ciencias sociales, dirigencias vecinales, jóvenes empresarios de la “economía naranja” que con toda razón no quieren correr el riesgo de un regreso del MAS, ni aceptarían “acomodos” de los intereses de poderosos grupos locales con este partido.

La apuesta de Creemos, de entregar por ahora el país al MAS con tal de ser a futuro una importante fuerza política nacional, debe hacerse explícita, si queremos actuar con honestidad.



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