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Al igual que los humanos, los perros pueden deprimirse

No es exactamente el mismo trastorno clínico complejo que ocurre en las personas. Sin embargo, los perros ocasionalmente pueden sufrir episodios de depresión, depende del vínculo con su amo

9 de noviembre de 2020, 16:42 PM
9 de noviembre de 2020, 16:42 PM

El cambio de hogar, la ausencia prolongada de sus dueños, que han vuelto a sus tareas habituales fuera de la casa con la flexibilización de la cuarentena, la muerte de la persona que los cuidaba o la de otra mascota con la que convivía.  Todas esas y otras situaciones pueden provocar en los perros tristeza e incluso depresión, que no es exactamente el mismo trastorno clínico complejo que en las personas, pero, sintomáticamente muy parecidas.


Los especialistas explican que la depresión en los perros suele ser una respuesta a un estímulo, evento o situación en particular. Los síntomas pueden aparecer todos a la vez o gradualmente. “Lo primero que hay que entender es que la depresión en los perros se debe a la ausencia de necesidades sociales y cognitivas.

Es decir, El tema es que muchas personas tal vez están acostumbradas a solo saciar las necesidades fisiológicas de su mascota: darle comidas, que tengan techo, pero el perro es un animal de manada, un animal social como nosotros, necesita algunos requerimientos sociales y cognitivos”, explica el etólogo, Andrés Salamanca, especialista comportamiento animal, que para graficarme mejor la situación realiza una comparación: “si a una persona que está en su casa por la cuarentena le quitas el televisor, el celular, Netflix, etc; sus niveles de ansiedad, de frustración y de tristeza seguramente serán muy altos y lo mismo ocurre con los perros frente algún tipo de carencia de algo a lo que está acostumbrado. Entonces básicamente nuestra fisiología en temas sociales es muy parecida, obviamente que las causas de las depresiones en los perros y los humanos son diferentes. Pero la expresión de esta es muy parecida. Los perros dejan de comer o no quieren hacer actividades físicas o motrices, otro lo expresan con sus ansiedades o llorando todo el día”, señala el también director del Centro Taawa de La Paz.

 ¿Cómo saber?

Como dueño de una mascota ¿cómo se puede reconocer y luchar contra un enemigo interno invisible? El primer paso es reconocer el problema. Hay varias causas potenciales de depresión en los perros.

 “Es importante descartar primero una causa física del comportamiento anormal de su perro antes de que las cosas empeoren. 

Si su veterinario encuentra un problema de salud, siga las recomendaciones de tratamiento. Con suerte, la depresión de su perro mejorará una vez que se recupere de la enfermedad. Si no es así, o si su veterinario ha descartado todas las posibles causas físicas de la depresión, es hora de comenzar a buscar razones mentales / emocionales”, comenta Krista Mifflin, autora del libro Guide To Owning A Dog.

Otro disparador de la depresión en un perro es el cambio de algunos patrones a los que está acostumbrado. “Por ejemplo, el animal está acostumbrado a que todos los días lo saquen a las siete de la mañana a pasear y de repente se bloquea ese estimulo es muy probable que va a elevar sus niveles de estrés que se va a representar en ansiedades, ladridos, destrozar cosas a veces orinarse cuando este estímulo es permanente y no lo puede saciar por ningún lado. 

Ese nivel de estrés es lo que le va a causar después frustración y depresión, pero también depende mucho de la personalidad y la raza del perro”, indica Salamanca. “Los que entran muy fáciles a la depresión son los perros que tienen vínculos asociados al ser humano. 

Por ejemplo, esas razas pequeñas que las personas acostumbran cargar y los acompañan casi a todos lados. Esas razas son más fáciles de que entren en depresión, cuando pierden esa relación cercana con su dueño, porque la ausencia del vínculo con el ser humano le genera tristeza”, añade el etólogo.

¿Qué hacer?

La pérdida de iniciativa para realizar cualquier actividad, el deterioro de su salud y si ya se ha descartado un problema de salud, es momento en el que el dueño o la familia en la que convive la mascota empiece a colaborar en su recuperación aumentando su actividad. 

“Tienen mucha más energía que nosotros, entonces es importante estimularlos con paseos, contacto con otros perros y establecer vínculos sanos. Es decir, si para el ser humano ayudan a mejorar el estado de ánimo los besos y los abrazos para ellos es jugar a la pelota, sacarlos a pasear, entrenarlos. Si tú le das esas y otras rutinas, el animal tendrá un equilibrio emocional mejor a que si está muy encerrado en casa”, aconseja Salamanca.

Por su parte Mifflin advierte que si bien es natural que uno desee prestar atención a su mascota cuando está deprimido, no hay que mimar o consolarla. “Demasiados mimos y consuelo, en realidad pueden reforzar el comportamiento triste. Es muy importante hacer todo lo posible para cumplir con el horario y seguir con su rutina normal. Esto puede darle a su perro una sensación de seguridad y aumentar su confianza”, explica.

En ese sentido, Salamanca también advierte un problema frecuente en propietarios de mascotas en el país y es que hay dueños que “no los tratan como perros, los tratan como si fueran niños o bebés, es decir los tratan como seres humanos, lo que provoca que sean perros inseguros”.

Si el momento es el adecuado para la familia, se puede considerar la posibilidad de tener otro perro. Esto puede ayudar si su perro está deprimido debido a la pérdida de un compañero. Sin embargo, hay que tener cuidado, porque eso podría empeorar las cosas si su perro actual no acepta al nuevo.

“Es posible que no crea que la depresión sea un gran problema. Si bien es cierto que a menudo se resuelve por sí solo después de poco tiempo, hay ocasiones en las que suele empeorar. 

Si se deja demasiado tiempo, muy bien podría convertirse en una condición física potencialmente mortal para su mascota. Obtenga ayuda con la depresión de su perro lo antes posible. Recuerde que el lugar correcto para comenzar es con su veterinario”, aconseja Mifflin.

Un detalle importante en el que también enfatizan los expertos es que el dueño de la mascota recuerde no “absorber” la tristeza de su perro. De la misma manera que ser recibido por un perro feliz con una cola meneando puede hacer cambiarte el humor, tu actitud positiva también puede iluminar su estado de ánimo.