Afirma que no busca venganza, sino justicia, porque no solo se quemó la casa que construyó con 30 años de trabajo, sino recuerdos familiares que son irrecuperables

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25 de noviembre de 2019, 4:00 AM
25 de noviembre de 2019, 4:00 AM

El exdefensor del Pueblo recuerda que fue secuestrado en 1997 durante el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, que fue perseguido en épocas de dictaduras militares, que apedrearon su casa e incluso lanzaron a su patio una granada de guerra con la que encontró a sus hijos jugando; sin embargo, nunca había sentido tanto terror como el 10 de noviembre, cuando una turba de unas 400 personas incendió su casa en Cota Cota, zona sur de La Paz.

¿Cómo está la investigación de su denuncia?

Avanza de a poco, y aunque se logró identificar a uno de los que dirigieron el atentado, el dirigente del MAS Jesús Vera, que también es procesado por la quema de los buses Pumakatari, se hace más complejo identificar a los autores materiales, que son unos 400.

¿Cómo vivió usted ese día?

Luego de la renuncia del expresidente Evo Morales yo estaba en una reunión, cuando a las 18:30 me enteré por redes sociales que pretendían quemar mi casa. Acudí al lugar y con mi familia, unos 30 amigos y vecinos, nos parapetamos para defendernos, pero nos informaron que los que venían eran cientos, así que puse a buen recaudo a mi hija menor, a mi esposa y mis tres perritos (‘chapicitos’, perros de la calle adoptados, explica). Me fui a buscar ayuda a la Policía, pero no la conseguí.

En la casa quedaron mis dos hijos y algunos de sus amigos, que se salvaron por segundos porque cuando los vándalos tumbaron la puerta, ellos saltaban la barda a la casa del vecino. Desde allí escuchaban que los buscaban en el segundo piso, que gritaban que los iban a matar y prendieron fuego a la planta alta porque creían que había personas ocultas. Por eso puse una querella por tentativa de asesinato y otros delitos.

¿A quién responsabiliza?

A Evo Morales, esa persona que no sabe lo que es trabajar para formar un patrimonio, que no sabe lo que es amar y cuidar a una familia en un hogar, que solo sabe subyugar a los que no piensan como él, y si no lo logra, busca destruirlos.

Mientras quemaban mi casa, estuve por ahí cerca, disfrazado, por temor de que me maten si me reconocían. Ahí vi a Jesús Vera y a otros dirigentes del MAS conduciendo los desmanes.

Yo, por defender los derechos humanos, he sido secuestrado en 1997 durante el Gobierno de ‘Goni’, he sido detenido por las dictaduras militares, mi casa había sido apedreada, incluso una vez, cuando mis hijos eran niños, los encontré jugando en el patio con una granada que habían lanzado al patio y que por milagro no explotó. Aún así, nunca sentí tanto terror como ese día porque querían matarme y matar a mi familia. No buscamos venganza, sino justicia, por eso no permitiremos que aprueben una ley para dejar en la impunidad a los que cometen delitos de lesa humanidad.

¿Ha cuantificado los daños económicos?

No he querido ‘pasarle lápiz y papel’ a las pérdidas para que no me afecte más y no afectar a mi familia. Puedo decir que la casa, fruto de 30 años de trabajo, quedó prácticamente ‘en esqueleto’, que el segundo piso debe ser demolido porque está en ruinas y que los ingenieros serán quienes digan si la base se puede salvar

Más allá de lo material, hay cosas de valor sentimental...

Sí. Al incendiar mi casa quemaron parte de mi vida y de mis recuerdos; tenía álbumes de fotos de cada uno de mis hijos, desde que nacieron, nada de eso se recuperará con ningún dinero; también estaba mi biblioteca con clásicos de José Martí, Jorge Luis Borges, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, diccionarios jurídicos, mis discos de León Gieco, Joan Manuel Serrat ; también había un cuartito decorado y con todo el ajuar rosadito para recibir a mi nieta que está por nacer; también quemaron mi computadora con mis artículos periodísticos escritos en los últimos 25 años, pero se llevaron el disco duro.

¿Cómo está su familia?

Muy afectados emocionalmente, pero por suerte a salvo. Por seguridad no puedo decir dónde están.

¿Qué se viene ahora?

Reconstruir la casa, aunque también hay el temor de que vuelvan (los vándalos), pues Evo Morales desde el exilio sigue incitando a su gente a la violencia.

¿Ha conocido de los gestos solidarios de la gente?

Sí, y aprovecho para agradecer a aquellos que nos han brindado su apoyo moral y también económico, pues tengo entendido que han hecho depósitos en una cuenta de mi esposa y que se realizan actividades para ayudarnos.

OTROS DATOS

“QUERÍAN QUEMARNOS VIVOS”

Albarracín dice que los vándalos cortaron la luz antes de entrar a su casa y que buscaban a sus familiares en el segundo piso, y al creer que estaban ocultos, provocaron el fuego.