Es un 40% más transmisible que otras cepas, lo que eleva la posibilidad de hospitalización. La receta es que la mayoría de la población esté vacunada con las dos dosis

4 de julio de 2021, 11:40 AM
4 de julio de 2021, 11:40 AM

La pandemia parece una historia de nunca acabar y la vacunación contra el coronavirus no va a la par de las mutaciones.

En febrero de este año se detectó una nueva variante, la Delta, aunque la OMS cree que está circulando desde fines de 2020. En junio de este año apareció otra nueva mutación de la Delta, la Delta Plus.

¿Qué tienen en común?, la velocidad de transmisión que, de acuerdo a estudios, avanza entre un 40 y 60% más rápido que la variante Alfa del Reino Unido. Esta característica, además, eleva los índices de riesgo de hospitalización, no tanto por la agresividad, que aún no está clara, sino por la proporción poblacional. Esto podría ser una amenaza para los golpeados y precarios sistemas sanitarios, como el de Bolivia.

Ya el médico Fernando, Romero, representante del Sirmes La Paz, alertó sobre que, a la par de las malas condiciones de trabajo de su sector, se cierne un peligro grande sobre la población, “en cualquier momento veremos la variante Delta Plus en Bolivia porque el virus está en los países vecinos y, dados los frecuentes viajes, es inevitable que tengamos esta variante”, anticipó.

El infectólogo Juan Saavedra cree que las dos variantes Delta y Delta Plus todavía no han entrado al país, porque si bien naciones vecinas como Brasil, Argentina, Chile y Perú ya tienen la variante, aún es en un pequeño porcentaje.

Según Saavedra, esta cepa ingresará al país por Santa Cruz, tal como sucedió con el virus en marzo del año pasado. “Santa Cruz es la puerta de entrada de los virus, por eso hay que implementar los equipos de diagnóstico acá, de tal manera que detectemos el primer caso y lo tengamos en aislamiento”, aseveró.

El infectólogo dijo que, al ser competencia nacional la salud, las autoridades deben emitir un decreto supremo que instruya que los pasajeros procedentes de determinados países estén en cuarentena en la ciudad, y bajo vigilancia sanitaria. “Y que el quinto día se les haga PCR, si son positivos deben seguir el aislamiento y el tratamiento”, recomendó.

La mayor preocupación de Saavedra es que sus augurios no son buenos, de arribar la Delta al país. “En Santa Cruz el pico de la tercera ola llegó con una velocidad de 1,19, y la variante Delta imprime una velocidad de 1,75. Si se desencadena la cuarta ola por el virus Delta en Bolivia, mínimo producirá el doble de daño, eso significaría el doble de enfermos, leves y graves, de muertos, y de necesidades de medicamentos y de oxígeno”, adelantó.

Puso de ejemplo a India, que en la ola de la Delta pasó de 40.000 a 400.000 casos diarios, “la mitad de los habitantes de la capital cruceña”.

A la pregunta sobre si ya podría estar en Bolivia la Delta, el infectólogo Rodrigo Castedo dijo: “No la hemos detectado simplemente porque no la hemos buscado, ahí está uno de los grandes problemas, que no se hace secuenciación genética, los médicos pelean a ciegas con un virus. Si supiéramos qué variante anda circulando, y con más prevalencia, pueden tomarse medidas, pero en este momento no tenemos esa capacidad y el Gobierno no se preocupa por esto”, lamentó.

Para Castedo, una cuarta ola con cualquiera de las dos variantes Delta no es alentadora en el caso particular de Bolivia, debido a sus bajos indicadores de vacunación. Sin embargo, pidió no alarmarse, sino más bien acelerar la inmunización, ya que si bien es una variante más complicada que las anteriores, lo mismo se decía de la variante brasileña, y no ocurrió el desastre que se temía.

Los datos que maneja Castedo de investigaciones científicas auguran que la variante Delta será la que impere en todo el planeta dentro de poco tiempo, cosa que no ha sucedido con las otras variantes.

“Es decir que apareció la variante Alfa (inglesa), y si bien se esparció por gran parte del mundo, no fue la prevalente en todo el planeta. Después apareció la Beta (de Sudáfrica), que estaba más por ese continente. Le siguió la Gama (de Brasil), que se impuso mucho tiempo acá en Latinoamérica, y ahora apareció la Delta; esta sí tiene esa cualidad de hacerse posiblemente la variante prevalente en todo el mundo”, aseveró.

Evelín Fortún, directora general ejecutiva del Instituto Nacional de Laboratorios doctor Néstor Morales Villazón Inlasa, reconoció que la mayor preocupación se relaciona con la velocidad de la transmisión y de replicación en el organismo.

Explicó que la infección se desencadena de forma más rápida y con una evolución desfavorable en el paciente, se provoca una diseminación en menor tiempo.

“La carga viral siempre será alta cuando hay un proceso de coronavirus, especialmente en personas no vacunadas. Si se tiene la vacuna se puede tener cierto tipo de respaldo para solucionar la enfermedad sin complicaciones que terminen en terapia intensiva, por eso estamos recomendando las vacunas”, enfatizó.

Fortún no se atrevió a hablar de un porcentaje de transmisibilidad, pero sí de la velocidad o replicación que puede tener porque el sistema inmunológico no reconoce a la variante, y esta empieza a proliferar de manera desenfrenada.

El infectólogo Carlos Paz dijo que la única forma de saber si las variantes Delta y Delta Plus están en el país es a través de la secuenciación genética de las muestras de pacientes, sobre todo de los positivos que van llegando al país.

Paz citó algunos estudios que indican que por cada 170 contagios surge una nueva mutación, “y gracias a Dios la mayoría no tiene mayores repercusiones”, agregó.

Si bien todos los entrevistados coincidieron en que la vacunación es la solución, Paz reconoció que se ha evidenciado que han disminuido la eficacia con esta nueva variante.

Vacunación

Sobre la lentitud de la vacunación, Castedo hizo algunas observaciones y sugerencias a las autoridades nacionales. “El servicio diplomático boliviano debería estar haciendo algo, todo el tiempo estoy leyendo que en determinados países hay lotes de vacunas que ya se van a echar a perder, o que en otros lugares, como los países escandinavos, ya no quieren la AstraZeneca, y prefirieron la Pfizer. Esas AstraZeneca nos caerían al pelo”, indicó.

Castedo advirtió que las personas que deben tener más cuidado con estas variantes son las que están con una sola dosis, y las que no se han vacunado. Los últimos pacientes que le tocó atender, la mayoría por encima de los 40 años, no se ha vacunado.

“Antes era difícil encontrar gente con la vacuna, pero hoy encontrar mayores de 50 años que no estén vacunados no es poco común”, alertó y además lamentó que en grupos de WhatsApp de médicos aparezca alguien que manda mensajes antivacunas.

“Y la prensa ayuda a que no se vacunen con titulares ‘persona con dos dosis se enfermó’. Entonces la gente dice ‘para qué vacunarme si igual me enfermaré’. Por eso el mensaje debe ser pro vacuna total, y no he visto campañas contundentes sobre este tema”, cuestionó.

El infectólogo explicó que hay estudios de combinación de AstraZeneca con Pfizer con buenos resultados, “se genera nueve veces más respuesta”, dijo. Castedo resaltó además la visión de líderes de países, como la alemana Angela Merkel, “que respira ciencia”.

Merkel combinó AstraZeneca con Moderna, “a pesar de que la experiencia era AstraZeneca con Moderna, y yo no dudo que ella lo hizo con fundamentos científicos”, aseveró.

El experto explicó que no existe información sobre la protección que brindan ante las variantes Delta y Delta Plus las otras vacunas, como Sputnik, Sinopharm y Coronavac.

“Solo tenemos estudios de las vacunas Pfizer y AstraZeneca y se ve que cuando hay dos dosis brindan protección, son eficaces, pero en un porcentaje más bajo que si se tratara del virus original”, reconoció

Sin embargo, científicos sudafricanos informaron el 2 de julio que la vacuna monodosis de Johnson & Johnson también arroja resultados positivos en ese país, tanto contra la variante Delta como contra la Beta.

Castedo lamentó que en Bolivia no se considere la combinación de vacunas, a pesar de que en países serios se está realizando. “Podían usarnos a los médicos como conejillos de India. Hubiera sido bueno hacerlo, para no estar como ahora, con gente sin la segunda dosis de Sputnik V”, apuntó.

Para Saavedra, además de ser altamente transmisible, otra característica del virus Delta es una mutación que le permite escapar a la acción neutralizante de los anticuerpos que tienen las personas que enfermaron y que se recuperaron del virus, e incluso de las personas que están vacunadas.

Dice que este escape inmunológico ocasiona que, por ejemplo, si hay una persona con una sola dosis de AstraZeneca, esa única dosis no le servirá prácticamente de nada para protegerse. “En cambio, si tiene dos dosis de AstraZeneca, la protección contra el virus Delta llegaría a un 67%. Y si la persona recibió dos dosis de la Pfizer, la protección alcanzaría el 82%”, informó.

Sistema público de salud

En el caso de Bolivia, en la primera ola faltaron las condiciones de bioseguridad, en la segunda fue el turno del plasma y de los medicamentos, en la tercera volvieron a escasear remedios como Remdesivir y sedantes para intubación, pero también el oxígeno.

Justo cuando empiezan a descender los casos, los expertos ya anunciaron una cuarta ola debido al lento ritmo de la vacunación. El infectólogo Juan Saavedra dijo que probablemente ocurriría entre noviembre y diciembre de este 2021.

Un problema que se arrastra desde hace tiempo y que hasta ahora no se resuelve tiene que ver con los contratos del personal de salud del sistema público, sobre todo del tercer nivel.

Primero fueron los médicos del Hospital San Juan de Dios, que amenazaron con no recibir pacientes graves si no les pagaban y regularizaban sus contratos. Ahora son los del Japonés, que suspenderán atención desde este martes 6. En Montero, los trabajadores del Óscar Urenda no trabajarán el lunes 5, porque ya venció el contrato y nadie les explicó si continuarían o no. Tampoco les han pagado los meses trabajados, ni les dieron los contratos firmados, reclamaron.