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20 de mayo de 2024, 23:46 PM
20 de mayo de 2024, 23:46 PM

Juan Jeffer Poquiviqui Aguilar


Hace más de una década, se estrenó una película que narraba un problema que posiblemente, con el surgimiento de la última actualización de Chat GPT, vea la realidad. Esta película es "Her", en la que se sigue la vida de Theodore, un hombre solitario que, debido a su incapacidad de experimentar amor genuino, se enamora de Samantha, un sistema operativo con inteligencia artificial que evoluciona para comprender y responder a las emociones humanas. A medida que su relación florece, Theodore se sumerge en un mundo donde la línea entre lo humano y lo artificial se desdibuja. Sin embargo, a lo largo de la película, el protagonista lucha por superar sus propias limitaciones emocionales y se enfrenta a una profunda reflexión sobre su propia naturaleza y la importancia de la autenticidad en las relaciones humanas.
Curiosamente, la dinámica amorosa que muestra la película "Her" tiene mucha similitud con la forma de comunicación que presentará la nueva actualización de Chat GPT. Esta actualización, presentada el 15 de mayo de 2024, destaca por su capacidad de interactuar de manera inmediata mediante audio y video con el usuario, lo que convierte a esta IA en un asistente personal más efectivo que nunca.
Bajo este orden de ideas, la presentación de esta nueva actualización plantea interrogantes sobre la capacidad del ser humano para lidiar con esta nueva herramienta, más aún en una época en que las relaciones convencionales parecen estar en declive, transformando el nexo amoroso en un elemento desechable donde el compromiso se evita a toda costa. No por nada, autores contemporáneos como Sherry Turkle, en su libro "Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other", abordan cómo la tecnología, incluidas las relaciones con inteligencia artificial, puede ofrecer una aparente solución a la soledad y la incomodidad emocional, pero en detrimento de las conexiones humanas.
En mérito de lo precedente, no es incorrecto aducir que la perspectiva de sustituir a una pareja por una IA podría basarse en un simple deseo egoísta, violentando la esencia de buscar y fomentar relaciones humanas auténticas fundadas en amor. Desde luego, esta idea tiene su fundamento en que el amor corresponde a un sentimiento que trasciende las fronteras del tiempo y del espacio, y que funda su integridad en la procura del bien ajeno, contribuyendo con ello al desarrollo íntegro del otro y, por lo tanto, de su entorno. Muy bien lo argumentaba Erich Fromm en su obra "El arte de amar" ("The Art of Loving"): el amor auténtico y maduro no solo beneficia a la pareja, sino que tiene un impacto positivo en el mundo entero. Esto ya que el acto de amar genuinamente transforma la manera en que uno percibe y se relaciona con el mundo.
Por ello, la posibilidad de que Chat GPT entable conversaciones fluidas, con atisbos de humanidad, podría generar una apertura para aquellos que solo buscan satisfacer necesidades afectivas, acrecentando con ello el individualismo y la desconexión como seres sociales, todo esto por la preferencia por un sistema operativo que obedece en vez de las volátiles, pero genuinas, interacciones sociales.
Desde luego, el escenario planteado es sombrío y, aunque las posibilidades de que una IA como Samantha exista son cada vez más reales, es crucial recordar que somos animales sociales y que, por lo tanto, nuestra existencia está ligada a alguien más, lo que hace que el individualismo que ofrece recurrir a una IA para conseguir amor sea incongruente. Por ende, al igual que Theodore al final del filme, sería bueno que como humanos abracemos la paradoja del amor: ser uno mismo, sin dejar de ser dos; dos almas unidas con un solo pensamiento, dos corazones que laten con un mismo aliento. (Dieck, 2023)

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