Opinión

Androcentrismo

8 de julio de 2021, 5:00 AM
8 de julio de 2021, 5:00 AM

Con motivo del Día Mundial de la Población, que se recuerda cada 11 de julio, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa, por sus siglas en inglés) presentará este jueves un informe sobre los feminicidios en Bolivia.

Les anticipo que será devastador. Los datos fueron procesados a partir del registro y documentación de 173 procesos penales por feminicidio, lo que equivale a igual cantidad de asesinatos de mujeres, en el periodo 2018-2020. La cantidad de feminicidios, entre enero al 5 de julio de este año es igualmente alta, 61. Los motivos que degeneran en el asesinato de mujeres son los celos (45,45 %) mientras que nueve de cada 10 feminicidios fueron cometidos por el cónyuge, el conviviente, excónyuge, expareja, por exenamorados o amigos.

El informe está lleno de cifras, datos que revelan el nivel de peligrosidad que nuestra sociedad representa para las mujeres. Hay varias causas que explican una situación semejante pero, como es lógico suponer, entre las principales está el machismo que muchas veces se interpreta como “patriarcalización”.

El informe del Unfpa introduce otro nombre para esa conducta, el androcentrismo; es decir, la “tendencia a considerar al hombre como centro o protagonista de la historia y la civilización humanas en detrimento de las mujeres, cuya importancia se rebaja o no se tiene en consideración”. Y agrega algo más: el “modelo de hombre occidental”.

¿Cómo afrontas el androcentrismo? El informe dice que se debe reconocer la heterogeneidad de los seres humanos, en el que no hay jerarquizaciones; es decir, ni el hombre está por encima de la mujer ni la mujer está por encima del hombre. Agrega que, al referirse a las personas, es preciso dar cuenta de sus especificidades, ya sean de género, de etnia, de edad o de cualquier otra índole.

Y los problemas comienzan por ahí porque, por ejemplo, el idioma es androcéntrico cuando señala que “todos”, que viene a ser el plural del adjetivo “todo”, es suficiente para referirse tanto a los hombres como a las mujeres. Quienes creemos que es necesario especificar que en el conjunto también hay mujeres, decimos “todas y todos”, pero es cuando alguien nos salta y nos dice que eso es incorrecto. “‘Todos’ es suficiente”, dice y no… no es suficiente.

Es impresionante cómo hay gente que se esfuerza para demostrar que, incluso en los casos en los que un sustantivo admite femenino, hay que seguir usando el masculino. Eso es, como quedó dicho líneas arriba, androcentrismo o, si quiere, machismo… “patriarcalización”.

Y así, mientras se crea que el hombre está por encima de la mujer, entonces las cifras de feminicidios no bajarán porque, sin importar cuál fue el motivo, este delito es cometido cuando un hombre se siente tan dueño de la vida de una mujer que se cree con derecho a quitársela.

 Juan José Toro Montoya es Periodista

Tags