Opinión

Ante el descalabro en el sector energía: acciones inmediatas

27 de septiembre de 2020, 5:00 AM
27 de septiembre de 2020, 5:00 AM

El Gobierno del MAS nos dejó un sector energético totalmente descalabrado. En vez de un mar de gas nos dejó “lágrimas de gas”. En vez de industrialización nos dejó ‘elefantes blancos’ en YPFB y ENDE. Estas dos empresas en vez de ser estratégicas son más bien ‘monstruitos’ con supernumerarios, politizadas y con escasas o negativas utilidades.

Por lo tanto, de entrada se debe trabajar en la institucionalización de las empresas e instituciones del sector y despolitizarlas. YPPB, la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ENDE y la Agencia de Energía y Tecnología Nuclear deben elegir sus autoridades mediante selección meritocrática.

YPFB y ENDE deben ser independientes del poder político y poner eficiencia operativa en sus actividades e inversiones. No más plantas de urea señaladas con el dedo político.
Si esto no ocurre en los primeros tres a seis meses, podríamos decir que seguiremos en más de lo mismo de los últimos 15 años, con empresas e instituciones que sirven solo de fuente de empleo para allegados políticos y parientes de los que gobiernan.

En lo relativo a exportaciones de gas, el contrato con Petrobras ya está negociado y el Gobierno actual debe terminar la negociación con Argentina, con volúmenes de entrega más planos (bajando el pico de invierno). Si no lo hace, se hará imposible realizar otras exportaciones en firme a privados en Brasil.

Las autoridades independientes elegidas deben poner un equipo comercial agresivo, competente y “sin miedo” para firmar nuevos contratos firmes e interrumpibles con clientes independientes en Brasil. Es vital volcar todos los escasos recursos disponibles de YPFB a tareas exploratorias de perforación en marcha y planificadas como los prospectos de Sipotindi, Sararenda y San Miguel.

Además, es urgente destrabar barreras impuestas para la escasa inversión en exploración en Margarita Profundo, Caranda, Boicobo, Ñancahuazú y otros. Se deben resolver inmediatamente temas como fuerza mayor por pandemia, la famosa y ridícula banda de precios y tantas otras trabas burocráticas impuestas. En la medida que se pueda, acelerar negociación de nuevos contratos de E&P que puedan interesar al sector privado (Abapó, Vitacuá).

Plan de recuperación mejorada en campos en declinación, maduros, marginales y otros. Modificar, actualizar y adecuar la reglamentación de la Ley 767 de Incentivos para que se logren las inversiones para levantar la producción de gas y petróleo. Primero, cumplir con los adeudos que darán certidumbre a los que apuesta capital.

De no agilizar estas tareas, en cinco a seis años más estaremos importando toda la demanda de gasolina y diésel y en una década comenzaremos a importar gas natural. No es broma.

En lo posible, y de acuerdo con el presupuesto, continuar con la instalación de redes de gas y establecer un pago mínimo a los usuarios de manera de no dañar aún más las arcas de YPFB. Paralizar totalmente las inversiones en nuevas plantas de industrialización. En las plantas (elefantes blancos) de YPFB será primordial que se busque socios para Asociaciones Publico Privadas (APP) o proceder a su cierre definitivo e impulsar con límites (10%) el uso de biocombustibles.

En materia eléctrica determinar la viabilidad de exportación de electricidad a Argentina. Una APP puede ser útil también. Incentivar el uso de energía eléctrica en el país para generar demanda. Cerrar unidades y centrales a gas ineficientes, detener todos los proyectos en estudio de ENDE y paralizar cualquier nueva inversión.



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