El presidente presentó ayer su informe de primer año de gestión. La fecha coincidió con el primer día de paro indefinido para exigir la abrogación de la ley 1386 y de otras normas. En Santa Cruz la protesta fue más contundente

9 de noviembre de 2021, 4:00 AM
9 de noviembre de 2021, 4:00 AM

El presidente Luis Arce apenas se refirió en sus más de dos horas de discurso al paro indefinido que enfrenta su gobierno en las calles de las principales ciudades de Bolivia en rechazo a un paquete de leyes que, según la dirigencia de diferentes sectores, atenta contra la economía, la libertad y el patrimonio de los ciudadanos y que ingresará hoy a su segundo día de protestas.

El jefe de Estado tampoco se quejó del ensordecedor ruido de los silbatos que hicieron sonar los opositores ni de la pelea que hubo en la Asamblea Legislativa Plurinacional en protesta por el informe que presentó el mandatario por ocasión de cumplirse su primer año de gestión. Arce consumía vasos y vasos de agua para superar el trago amargo y aliviar su garganta irritada por el esfuerzo que hizo para que su voz se escuchara en el hemiciclo y destacar los avances en salud y economía.

Si la voz de Arce no se escuchaba en la Asamblea, el pueblo intentaba hacer conocer su posición con el inicio del paro indefinido de actividades convocado por los gremialistas y los transportistas para exigir la abrogación de la Ley 1386, de Estrategia Nacional de Lucha Contra la Legitimación de Ganancias y de Financiamiento al Terrorismo. La convocatoria encontró respaldo en el Comité pro Santa Cruz que, a través de su presidente Rómulo Calvo, anunció la continuidad de las protestas.

Santa Cruz llevó la voz cantante en la jornada de ayer. El transporte urbano no operó, los principales mercados y centros de abastecimientos permanecieron cerrados y cientos de vecinos salieron a las calles a bloquear.

La Policía estuvo activa. Se desplazaban por la ciudad en motos, camionetas, grúas y equipos pesados para retirar los obstáculos de las calles. Hasta el mediodía, hubo más de 90 personas arrestadas, según el informe del comandante departamental, Orlando Ponce. Los manifestantes denunciaron que los policías protegían a los militantes del MAS que acudían con violencia a los puntos de bloqueos para despejarlos. El primer vicepresidente del Comité Cívico, Fernando Larach, cuestionó que los uniformados se movilicen para reprimir a los que protestan en contra de una ley, pero son permisivos con los sectores afines al MAS que bloquearon la carretera a Beni por más de una semana.

Uno de los casos de supuesto exceso policial se produjo en la calle Escuadrón Velasco y tercer anillo, pero se trasladó hasta la doble vía a La Guardia, donde unos 200 masistas, liderados por el secretario ejecutivo de la Central Obrera Departamental (COD), Rolando Borda, recorría la zona desde el segundo hasta el octavo anillo “para celebrar el primer año de gestión de Luis Arce”. Fueron reportadas tres personas heridas en el enfrentamiento.

El presidente no se enteró de lo sucedido en Santa Cruz y la información no fue transmitida por los canales de televisión ni por las radioemisoras porque estaban obligadas a emitir el mensaje-informe del primer año de gestión del mandatario. Las redes sociales se convirtieron en el principal medio de transmisión de lo que ocurría en las calles del país.

También hubo confrontación en Potosí. Los masistas salieron a festejar el aniversario de gestión de Lucho y retiraron, por la fuerza, a los que manifestaban en rechazo a la ley 1386 y otras que fueron aprobadas y algunas que están en proyecto porque atentan contra los ciudadanos. En Tarija también operaron los masistas y sus sectores afines.

En la Asamblea Legislativa también hubo gresca. El diputado cochabambino Héctor Arce (MAS) denunció que la opositora Tatiana Áñez (de Creemos) intentó estrangularlo durante la sesión en la que el presidente presentó el informe de su primer año de gestión. “Ella bajó para acercarse a la testera donde estaba el presidente y me puse delante de ella y en eso me sujeta del cuello, por 10 o 15 segundos”, relató.

La opositora se pronunció a través de las redes sociales: “Ese poco hombre me agarró del brazo y me daba puñetes en el estómago. Que no sea ‘mujerengue’. Qué pena que en su casa no haya aprendido a respetar a una mujer. Cobarde, poco hombre”, señaló.

Dos momentos

El presidente Arce inició su discurso con un mensaje de aparente reconciliación. Recordó que cuando asumió la conducción del país, el 8 de noviembre de 2020, había “incertidumbre en todos los ámbitos y sobresaltos en la sociedad, dolor del pueblo boliviano y ruptura del orden constitucional”.

“Cuando asumimos el Gobierno la economía enfrentaba una de las más profundas crisis de la historia, la lucha contra la pandemia era un fracaso, miles de jóvenes resultaron cercenados en su derecho a la educación y, cerraron miles de emprendimientos. Hace un año desde esta Asamblea enviamos un mensaje de certidumbre en este país para las mujeres y hombres que trabajaban honestamente”, señaló el jefe de Estado.

Sin embargo, después Arce arremetió contra el gobierno transitorio al que calificó de incapaz de enfrentar la pandemia y de llevar al país a los peores registros de su historia, desde mediados de los años 90. Durante las dos horas y 20 minutos de discurso, el presidente mencionó en 51 oportunidades la palabra gobierno de facto y en otras 16 derecha golpista.

En criterio del abogado y analista político Paúl Antonio Coca, el presidente Arce dictó la pauta de los próximos cuatro años de mandato. “Eso quiere decir que va a seguir estrellándose contra la oposición, haciendo comparaciones con el supuesto gobierno de facto, seguirán indicando que se basarán en cifras diferentes a las de Jeanine Áñez. El MAS seguirá esos cuatro años de gestión, lo cual no tendría que sorprender”.

Coca mencionó la escasa experiencia política de Arce para enfrentar los conflictos sociales. “Cuando el presidente no se refiere a las protestas, ni siquiera hace un mea culpa, es porque niega la existencia del problema. Además, la inexperiencia se hizo visible en la Asamblea cuando la reducida oposición no lo dejó hablar”.

El politólogo José Orlando Peralta calificó como una exageración, casi enfermiza, que el presidente se refiera al golpe de estado y gobierno de facto. “No es válido comparar su gestión con la de Jeanine Áñez porque fue un gobierno transitorio, sin proyecto político, ni plan de Gobierno. Ella no entró al poder con un plan predeterminado electoral. Solo tenía dos objetivos, llamar a elecciones y pacificar el país”, indicó Peralta.