Ausencia de identidad y pertenencia
La identidad puede definirse como “lo que es, es” coloquialmente, empero, expresa que todo ente en cuanto a tal como persona, tiene forma determinada, una determinada esencia o también que es inteligible por su forma.
Mejor concepto de identidad es el perseverar de una persona sobre todo en la substancia a través del tiempo, a pesar de los cambios, las apariencias y las dificultades.
Esta identidad se entiende de una manera rigurosa, ejemplificando: el cuerpo humano no obstante el paulatino cambio de sus partes, es considerado como el mismo cuerpo aun después de años; algo similar sucede con las comunidades, las cuales denotan la orientación de las personas hacia un fin en el cual encuentran su perfección y realización correspondientes a su esencia que es la patria.
Aquí surge el amor a la patria, la devoción a su suelo y a sus tradiciones, a su defensa, lealtad contra los enemigos actuales e históricos por sus actos y preservación de su integridad. El amor a la patria se basa en los años formativos de la niñez y la juventud, en el conocimiento de su historia y también la elemental adhesión al suelo y al medio inmediatos.
Adhesión que es un trasunto de la historia que narra fidedignamente las desmembraciones e invasiones que sufrió la patria; hechos que deben despertar arraigadas emociones pues es un fenómeno de todos los periodos históricos y en su real esencia presupone el debido respeto al territorio, identidad, tradiciones y al sentido de pertenencia.
La lealtad debería ser indivisible en su inteligibilidad y concebida como la actitud noble que denota la incapacidad de la persona para cometer cualquier traición o engaño o desconocimiento a la propia historia por intereses personales o regionales.
Esta introducción asigna marco de fundamentación a las recientes actitudes de muchos bolivianos que prefieren la confrontación al diálogo y persistir en la discriminación y al odio, contribuyendo al descrédito de la democracia.
Raúl Pino-Ichazo Terrazas es Abogado