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20 de septiembre de 2024, 4:00 AM
20 de septiembre de 2024, 4:00 AM

Esta vez me tomó por sorpresa el ex presidente fugado, creí que abandonaba efectivamente la marcha hacia La Paz que organizó exigiendo, entre otros puntos de relleno, ser habilitado como candidato presidencial en las elecciones de 2025 (y hasta es capaz de exigir, a medida en que se acerque a la sede de gobierno, que de una vez se le garantice que ganará en esas elecciones).

Creí en ese abandono porque, primero, hizo el anuncio luego de que sus fuerzas se enfrentaron con una avanzada del arcismo y fueron, no más, bien apaleadas; ya sabemos que el ex presidente es de los que cree que si bien las balas persiguen a los cobardes, generalmente no los encuentran... Segundo, porque, efectivamente, salió del teatro de operaciones y pensé que la decisión de abandonar que pondría en consideración de su Estado Mayor del Pueblo era no más una patraña y ni se me pasó por la cabeza que sería aceptada y, menos aún, que Evo se reincorpore a la marcha.

Ahora, resulta que Morales hasta parece valiente dispuesto a realizar la caminata hasta La Paz … Él, que tanto se había acostumbrado a trasladarse en helicóptero o en avión porque tenía tanto que hacer que viajar por tierra, ya sea, por ejemplo, entre su despacho y la residencia presidencial, le significaba perder demasiado tiempo.

Ayy Evo, pero se me ocurre que no sólo yo he caído en la trampa. Pienso que Alberto Fernández, Cristina de Kirchner o Juan Grabois, de Argentina; José Luis Rodríguez Zapatero de España; Ernesto Samper de Colombia; Rafael Correa de Ecuador o presidentes como Andrés López Obrador Daniel Ortega, Gustavo Petro y Miguel Díaz-Cané, ya habrán mandado mensajes al presidente boliviano pidiendo garantías para que Evo Morales siga cometiendo desmanes.

O que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) esté elaborando un pronunciamiento defendiendo el derecho humano de Evo de utilizar la movilización social para exigir su habilitación como candidato presidencial.

Además, el chanfle de Evo ha debido provocar momentos de angustia en aquellos intelectuales y ministros militantes, cercanos o afines (que últimamente aparecen por doquier) al MAS que hoy deshojan margaritas: Arce, Evo; Evo, Arce… y eso hasta el infinito, a no ser que aparezca, por ejemplo, Andrónico…

En las FFAA seguramente ya estarían reflexionando sobre qué hacer, mientras los prorrogados del Órgano de Justicia Plurinacional y el Tribunal Constitucional estarían creaneando tener listas las sentencias o declaraciones constitucionales para ratificar a los actuales o reconocer a nuevos mandatarios.

Mientras tanto, el país anda signado por la incertidumbre, la desconfianza y la falta de esperanza. Pero, qué les importa a quienes nos gobiernan o quieren hacerlo en el corto plazo. Meta más gasolina a la fogata y ya se verá cuando la humareda desaparezca, aunque lo más probable es que nos encontremos con tierra arrasada como nos está ocurriendo con los incendios en el país.

Riamos, por lo menos un poco, porque qué difícil es tratar de ser optimista en estos momentos…

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