La situación del mercado cambiario puede derivar en un menor crecimiento de la producción nacional y en un aumento de la inflación que deteriore la capacidad adquisitiva de la población, alertan operadores del sector y analistas

12 de marzo de 2023, 7:20 AM
12 de marzo de 2023, 7:20 AM

La escasez de dólares en el sistema financiero hace que las industrias tengan que ‘programar’ sus importaciones de bienes de capital (maquinaria y equipos), lo que puede tener en el corto plazo un efecto negativo en el crecimiento de la economía y causar problemas sociales, según operadores del sector y analistas.

“No podríamos decir que no hay dólares y que hay una industria que no va a poder importar insumos o maquinaria, sí hay una programación para el tema de transferencias (...) y para pagar proveedores por distintos conceptos”, confirma a EL DEBER el presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Pablo Camacho.

“El proceso está funcionando hasta el día de hoy (...). Hemos estado conversado con el Gobierno sobre este tema para buscar las mejores condiciones y nos ha garantizado la existencia de divisas para las industrias”, agrega.

El año pasado, las internaciones de bienes de capital representaron el 15,5% ($us 2.017 millones) del total de las compras externas bolivianas y crecieron en 31,3% en relación a 2021, impulsadas por las exenciones tributarias dispuestas por la administración de Luis Arce, que reconoce a esta actividad como un pilar de su política de reactivación económica.

Esta decisión, según las autoridades, no solo fortalece la capacidad productiva del país, sino también la generación de ingresos y empleo para las familias.

“El descenso de la oferta de dólares pone en riesgo la continuidad de los procesos productivos de bienes y servicios, cuya demanda anual en los últimos diez años esta fluctuando los $us 2.000 millones o casi el 20% del monto total de las importaciones efectuadas por el país”, alerta Jorge Zogby, ex presidente de la Aduana Nacional. 

“Esta situación demanda políticas urgentes dirigidas a apoyar al sector productivo y a satisfacer la demanda de divisas, para evitar una desaceleración en este y los próximos meses”, indica.

Francisco Terán, director del Observatorio Económico de la Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Cochabamba (ICAM) reporta que el sector está con problemas en sus compras externas, no solo de bienes de capital sino de insumos. 

“El precio de las transferencias ha aumentado” y no se puede retirar mercadería de los depósitos aduaneros por la falta de dólares con los que se paga a los proveedores, detalla.

Luis Pablo Cuba, presidente del Colegio de Economistas de Cochabamba, sugiere “priorizar” la entrega de estas divisas a sectores estratégicos de la economía.

“El Gobierno tiene que saber qué estrategia utilizar, no podemos afectar nuestra capacidad productiva (...). Cuando hay escasez e incertidumbre en una economía, empiezan a desviarse las pocas divisas que tenemos. Aparecerán muchos demandantes de bienes de capital y solamente por acceder a los dólares”, dice.

Para incrementar la venta de dólares en el mercado, el Banco Central de Bolivia (BCB) aprobó días atrás la exención temporal del encaje legal para inyectar $us 240 millones al sistema financiero, de las que ya las entidades del sector recibieron $us 91 millones.

Pero las preocupaciones por tener los dólares necesarios para importar no son exclusivas de las industrias grandes y medianas.

Agustín Mamani, secretario de Fortalecimiento Institucional de la Confederación de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype) reporta también “problemas con los proveedores de materia prima”.

“Por el tema de la importación, no pueden abastecer (...) de telas, fierro, melamínicos” y otros productos, lo que “afecta el trabajo del sector”. “Si falta algo, ese sector no puede cumplir con esa demanda y es un perjuicio”, subraya.

Según economistas, la menor oferta de la moneda estadounidense en el mercado tiene como principal causa la caída constante de las reservas internacionales netas (RIN), en tanto que el Gobierno sostiene que el fenómeno se explica con la especulación.

Tras llegar a un pico de $us 15.122 millones en 2014, las reservas se desplomaron hasta $us 3.538 millones al 8 de febrero de este año, monto que –de acuerdo con el Gobierno– es suficiente para mantener el tipo de cambio, como garantía de créditos internacionales y para el pago de deuda externa e importaciones.

“Por el volumen de actividad que tenemos, sí se ha notado una ralentización de las importaciones en los últimos 20 días”, reporta Antonio Rocha, presidente de la Cámara Nacional de Despachantes de Aduana (CNDA). Las causas: los bloqueos en Perú, por donde ingresa una buena parte de las importaciones, y algunos cortes esporádicos en la ruta bioceánica al Brasil.

“Específicamente por el tema cambiario, no hemos tenido retrasos en concreto”. La escasez de divisas “todavía no ha llegado a gravitar significativamente en el volumen de las importaciones que tenemos regularmente en Bolivia”, sostiene el especialista.

Según Cuba, los conflictos en Perú le reducen “cerca de $us 5 millones por día a Bolivia”. “Si bien se ha ido normalizando ese transporte y cambiándose de rutas, ha disminuido el flujo financiero, eso ha afectado en términos de las divisas al país”, asevera.

“En caso de mantenerse (esta situación), existiría el riesgo de que se ralentice el aparato productivo”, considera Terán. “Las casas importadoras que traen bienes de consumo, materias primas y productos intermedios pueden estar con un stock un poco más limitado y eso frenaría el crecimiento económico a raíz de la producción nacional”, además de “la sustitución de importaciones con industrialización”, evalúa.

De profundizarse el problema, considera Rocha, “es probable que tengamos un incremento en los precios del trigo, maíz y otros insumos y materias primas esenciales”, lo que puede “contraer el nivel de crecimiento de la economía y afectar el poder adquisitivo del salario”. Esto, a su vez, puede “causas conflictos sociales” y complicar aún más la estabilidad macroeconómica del país.

“Estamos en un momento de la economía boliviana en la que se ha perdido bastante confianza en el funcionamiento del modelo (...). Ojalá la recuperemos, porque no conviene a nadie volver a la época de la hiperinflación. No tenemos capacidad para responder a esa situación”, dice Cuba.

El presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Demetrio Soruco, menciona que Bolivia necesita seguir financiando los bienes que importa y precisa para su desarrollo, como insumos, maquinaria, tecnología y equipos de transporte.

La forma ideal de hacerlo, “sin debilitar más las RIN”, es combinando una política de promoción selectiva de exportaciones, focalizada en los sectores agropecuario, agroindustrial, forestal y maderero de muy rápida reacción (para traer más dólares); con una política de sustitución competitiva de importaciones (para ahorrar dólares).

Así, el sector privado puede invertir más, para lo que se deben mejorar las reglas de juego, garantizar la seguridad jurídica y otorgar incentivos que hagan atractivo al país, a la par del combate al contrabando, propone Soruco.

“Esperemos que puedan oírnos a los operadores de comercio exterior, al sector privado, y caminemos de una vez a una solución a esta crisis por la que estamos ahora atravesando todos los bolivianos”, expresa Rocha.