La ingeniería genética que revolucionó la producción de alimentos se expande a otras áreas de la vida

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21 de octubre de 2019, 3:00 AM
21 de octubre de 2019, 3:00 AM

La nueva revolución industrial es el proceso de informatización completa de la manufactura y los servicios realizada a través de la Inteligencia artificial (AI), la Internet de la Cosas (IoT) y la robotización, según una publicación de Clarín Rural (Argentina)

Lo característico de la convergencia de estas tres tecnologías es que tienden a fusionarse no sólo entre sí, sino mediante la transformación y unificación cualitativa de lo físico, lo virtual y lo biológico: crean una nueva materia.

Esto otorga a la nueva revolución industrial (la cuarta en la historia del capitalismo) una naturaleza distinta a las tres anteriores, que fueron realidades mecánicas, y funcionamiento repetitivo, aunque de crecimiento acelerado.

La esencia de la cuarta revolución industrial no es la automatización, como ocurría con la tercera, o la electrificación, como en la segunda, o la mecanización, como fue en la primera.

Ahora, lo distintivo es la interconectividad, fundada en el dominio de inmensas masas de información (Big Data), que desatan nuevas acciones, que se convierten en negocios.

El biogenoma es la secuencia descifrada del núcleo de la vida, convertida en proyecto estratégico de construcción sistemática de múltiples actividades vitales.

La materia del biogenoma es la vida misma, en una tarea global, que constituye la punta de lanza de la biotecnología, que es la ingeniería genética, la creación consciente y programada de la vida. Por eso la biotecnología de avanzada, producto de la nueva materia física, virtual y biológica, presenta desafíos productivos (económicos y tecnológicos) y éticos, referidos a la vida humana.

De ahí que la biotecnología se expande a través de saltos cualitativos, que se constituyen en verdaderos espasmos absolutamente disruptivos a escala global. La biotecnología es la frontera del conocimiento en el siglo XXI.

Nada queda afuera de la nueva revolución industrial, porque no es un fenómeno tecnológico, sino virtual. En ella lo retrasado se integra a la vanguardia, y lo aislado desaparece.

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