Datos del INE revelan que el valor de las compras externas de diésel (70,7%) y gasolina (29,2%) del año pasado se acercan a los $us 2.233 millones percibidos por las exportaciones de gas en la misma gestión

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31 de enero de 2022, 4:00 AM
31 de enero de 2022, 4:00 AM

Por Walter Vásquez


“Nunca en la historia habíamos importado tanto diésel y gasolina”, expresó el gerente general del IBCE, Gary Rodríguez, con respecto a los $us 2.120 millones que el país destinó el año pasado a la compra de ambos combustibles.

Información del Instituto Nacional de Estadística (INE) procesada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) revela que en 2021 Bolivia importó $us 1.500 millones en diésel (70,7%) y 620 millones en gasolina (29,2%), montos que representan el 22,1% del total de las internaciones. 

Según expertos, los $us 2.120 millones encarnan un duro golpe para la economía nacional porque casi igualan a los $us 2.233 millones que recibió el país por la venta de gas en 2021. Esto tiene un efecto en indicadores como las Reservas Internacionales Netas (RIN) y la subvención a la compra de combustibles y el tipo de cambio; y deviene de la delicada situación que atraviesa la exploración y producción de hidrocarburos en el país. 

Mauricio Medinaceli, ex ministro de Hidrocarburos, explicó que el incremento del valor de las importaciones de gasolina y diésel tiene que ver --en el corto plazo-- con el mayor consumo de combustibles en el mercado interno y el repunte del precio internacional del petróleo y --en el largo plazo-- con la elección de un modelo de administración económica que prioriza el gasto inmediato antes que la sostenibilidad a futuro.

“La gente apuesta por un modelo extractivo de corto plazo, porque al emitir su voto en las elecciones nacionales apoya a un partido político que ofrece rápidas rentas de la extracción gasífera, descuidando la búsqueda de gas natural y petróleo”, indicó.

Una consecuencia de esta situación es la “mayor presión” que hay sobre el tipo de cambio, “porque cada vez hay menos dólares que entran y más dólares que salen”, sostuvo el analista. 

Las ascendentes compras de diésel y gasolina, presionan también a las menguantes RIN, que a diciembre pasado llegaron a $us 4.752 millones, un nivel bajo tras haber alcanzado los $us 15.122 millones en 2014. 

Otro ejemplo de parte del impacto que tiene la fluctuación del precio de este commodity en Bolivia está en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2022, que destinó $us 3.040 millones a YPFB, de los que el 66,14% se empleará en la compra de combustibles, y el 23,26% en proyectos de exploración y desarrollo.

Esta programación se hace luego de que la cotización media del WTI, a la que está indexado el gas boliviano de exportación, alcanzara en 2021 los $us 67,9, luego de situarse en $us 39,2 en 2020.

“El impacto de siempre será el incremento del precio de los combustibles importados, una mayor erogación del Estado por la subvención y un pequeño incremento por la exportación de gas debido a los volúmenes decrecientes de exportación”, sostuvo Hugo del Granado, experto en hidrocarburos.

En este marco, el Gobierno autorizó a YPFB la importación de petróleo, lo que le permitirá al Estado ahorrar unos $us 150 millones en esta gestión. 

Perspectivas del sector
Los datos del INE se conocen en un momento en el que YPFB es cuestionada por posibles incumplimientos en los volúmenes comprometidos a la Argentina, que son 10 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d) en verano y 18 MMm3/d en invierno, y mientras negocia con su par del vecino país menores cantidades de venta de gas a ese mercado. 

Fuentes oficiales informaron a medios argentinos que Ieasa quiere 14 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d) y la petrolera estatal boliviana ofrece enviar hasta 9 MMm3/d en invierno y de 6 a 7 MMm3/d durante los meses de verano.

En este contexto, “las importaciones de combustibles tienden a subir y las exportaciones tienden a caer”, subrayó Medinaceli.

Rodríguez sugirió que esta situación puede ser “una gran oportunidad de desarrollo”, si el país apuesta por el biodiésel, en tanto que el ex ministro de Hidrocarburos, Guillermo Torres da por sentado que habrá una crisis energética en los próximos años.

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