Necesitan renovar su indumentaria, principalmente botas y uniformes. También requieren mochilas, bebidas rehidratantes y asistencia médica en el lugar de los incendios. En Otuquis luchan contra llamas, que por ahora son incontrolables

7 de septiembre de 2022, 8:30 AM
7 de septiembre de 2022, 8:30 AM

El agotamiento se nota en sus rostros cansados y en el olor a humo de sus vestimentas. Los héroes contra incendios empiezan a sentir el desgaste de llevar días en la zona de fuego, enfrentando las emergencias que surgen en distintos puntos y que en el Parque Nacional Otuquis han alcanzado magnitudes extremas, que muchos comparan con el infierno.

Los bomberos forestales están mejor organizados, pero se siguen enfrentando a las llamas con equipos y materiales viejos. Además, el arduo trabajo ha comenzado a pasar factura a su estado físico, toda vez que varios han presentado cuadros de deshidratación y problemas de irritación en los ojos.

 Aseguran que necesitan bebidas rehidratantes, medicamentos y paramédicos que los asistan en los lugares de incendio.

Las necesidades se hacen sentir en todos lados. Eso se nota en los pedidos que llegan a la fundación Alas Chiquitanas para poder subsanar algunas carencias que enfrentan los que están en primera línea intentando contener las llamas, dice Daniela Justiniano, que es parte de esta organización a la que recurren tanto bomberos voluntarios como guardaparques para pedir auxilio. 

El agotamiento se manifiesta con los calambres que sufren, por lo que piden hidratantes y ampollas vitaminadas para poder reponer fuerzas. “Lo mismo en el tema de herramientas, porque han pedido botas, carpas, linternas y pilas”, señala.

A esto se suma la necesidad de botiquines que requieren mientras ingresan a los lugares de combate. “Necesitamos sueros para desintoxicarnos después del incendio”, dice uno de los pedidos que recibió la institución de parte de los bomberos voluntarios de Santiago de Chiquitos.

En Otuquis, al ser un incendio catalogado de sexta generación, con columnas de fuego y humo de más de 30 metros, también afecta a los bomberos que están en combate, porque se deshidratan más fácilmente. Allí los bomberos luchan contra un incendio que por ahora es incontrolable y se extiende sobre una línea de fuego de más 10 kilómetros. 

Cuatro instructores de Quebracho no dudaron en trasladarse hasta allí y desde hace cinco días apoyan a los guardaparques y otros brigadistas que combaten el fuego. 

 En las labores también se exponen a accidentes fortuitos, por lo que necesitan de ambulancias y paramédicos para una atención inmediata. El lunes, Marcos Javier Monasterio Salvatierra, uno de los bomberos de Quebracho, en su afán de abrir brechas sufrió un corte en la pierna por la manipulación de un machete.
Afortunadamente la herida no fue de gravedad
, pero tuvo que ser evacuado hasta Puerto Suárez para recibir atención médica. 

“Necesitamos de una ambulancia aquí para este tipo de incidentes. Además, requerimos de medicamentos básicos, colirios, vendas y agua oxigenada”, señaló Monasterio que ayer se quedó en su campamento a la espera de una recuperación completa. 

La indumentaria
Las botas que usan los bomberos son las que más rápido se deterioran, porque ellos pisan las brasas. Además, los uniformes se desgastan con facilidad, porque algunas chispas también los queman y no todos tienen el material adecuado y a veces no pueden ni siquiera cambiarse de ropa.

Jorge Nadir Camacho (36), comandante de Camaradas de Fuego de Concepción, divide su tiempo entre su labor de profesor y de bombero forestal.

El grupo nació en 2019 durante la mayor catástrofe por los incendios forestales y ahora lo conforman 50 jóvenes concepcioneños, bajo la conducción de Jorge Nadir Camacho, Germán Herrera, Carlos Enrique Camacho, Erick Pesoa y Miguel Céspedes. 



El grupo Camaradas de Fuego de Concepción

Jorge Nadir señala que están mejores organizados para enfrentar el fuego porque trabajan de la mano con los grupos de bomberos y reciben el apoyo logístico y la dotación de herramientas de la Alcaldía, la Gobernación y la Subgobernación; pero cada vez se enfrentan a condiciones medioambientales más adversas, porque el bosque está más seco y no hay conciencia de algunos agricultores que llegan de otros lados y desconocen que se debe esperar la segunda lluvia para chaquear. 

En cuanto al trabajo en campo, manifiesta que tienen la ventaja de ser lugareños y conocer el terreno donde se desplazan, pero tienen las mismas necesidades del resto. “No hay mejor bombero que el que conoce su propio suelo. Nosotros somos jóvenes criados usando el machete, el hacha y el azadón y, con la capacitación recibida, nos hemos convertido en bomberos efectivos”, dice.

Aclara que no es de las personas que culpa a las autoridades por las necesidades, pero dice que el grupo no tiene uniformes del mismo color y algunos no son del material adecuado, porque la indumentaria la recibieron en distintas donaciones y de diferentes instituciones. 

Pero eso no es todo, los uniformes ya están desgastados porque llevan un año sin ser renovados y en ocasiones los usan hasta tres días seguidos porque no hay prendas para cambiarse. “Un bombero debe tener tres uniformes para cambiarse, pero ese no es nuestro caso”, se lamenta. 

También precisan de máscaras para protegerse del humo, ya que las que tienen no abastecen y deben prestarse entre ellos, y algunos se ven obligado a usar pañueletas que no protegen del humo tóxico.

“Hemos estado saliendo del fuego directamente a nebulizarnos por la cantidad de humo que aspiramos por la falta de máscaras”, señala.
Las botas las tienen desde el año pasado y se nota el desgaste. Además, solo tienen seis mochilas para todo el grupo. 

Sin embargo, destaca que este año, además de herramientas, la Gobernación les ha dotado de un camión cisterna de mayor capacidad y de un domo que sirve de campamento. También, un privado les donó de un dron que les permite hacer un monitoreo del fuego antes de ingresar a combatirlo. 

Los bomberos comunarios que están en cada uno de los municipios afectados también sufren algunas necesidades.
La directora de Recursos Naturales, Yovenka Rosado, informó que los bomberos trabajan día y noche para liquidar los incendios forestales.

“En los incendios que hay en los parques nacionales Noel Kempff Mercado y Otuquis, los bomberos están trabajando de día y de noche para combatir las llamas, tomando en cuenta que estos puntos son de magnitud”, afirmó Rosado.



Las autoridades conformaron bomberos comunales en los municipios más afectados por incendios, que se han convertido en colaboradores directos en las zonas de siniestro. 

Algo que preocupa es que este año han aumentado las emergencias por fuego y en ocasiones las fuerzas no abastecen para atender los pedidos de auxilio que llegan desde distintas zonas.