Bomberos: No hay control para evitar los incendios en mercados

“Es importante valorar el apoyo que brindan la Alcaldía municipal, los bomberos, pero también concientizar a los compañeros gremialistas para trabajar adecuadamente en nuestros puestos de venta. Hay que chequear ese tema de la electricidad, los puntos”, hizo el ‘mea culpa’ uno de los dirigentes de los comerciantes de La Morita, el mercado que ayer estuvo en llamas. 

Parece un hecho aislado, pero no es así. Una publicación de EL DEBER, de octubre del año pasado, desveló cómo en los últimos dos años se registró una decena de siniestros en centros de abastecimiento, por causas similares.

El común denominador son las conexiones inseguras, las estructuras improvisadas y la falta de sistemas contra incendios o fallas en su funcionamiento, lo que aumenta el riesgo de incendios y ayuda a que el fuego se expanda rápidamente. 

En los dos últimos años ardieron sectores en los mercados 4 de Noviembre, Alto San Pedro, Barrio Lindo, Mercado Nuevo, Mutualista, Bicentenario, antiguo Abasto, antiguo La Ramada y el nuevo Los Pozos. En algunos, como en el Mutualista y La Ramada, se han dado en más de una oportunidad.

Molestia en los bomberos
Álvaro Castillo, de la Unidad Urbana de Bomberos al Rescate (UUBR), afirmó que los mercados se queman por falta de conciencia, porque no tienen control, porque la separación de puestos no es la adecuada, hay mucho material almacenado, malas conexiones, y falta una constante supervisión.

Para Castillo, no existe un compromiso de revertir las condiciones de seguridad de parte de la Alcaldía cruceña, que tiene bajo su cargo a los centros de abastecimiento.

“La Alcaldía debería hacer recomendaciones a los gremialistas, pero también sancionar en caso de incumplimiento”, agregó.

El comandante de los voluntarios UUBR cree que, en general, las autoridades ven el incendio como un evento natural no prevenible, y al extintor como la solución al incendio. 

Lamentó que desconozcan que dentro de la cadena preventiva existe una serie de pasos, que contemplan las medidas activas y las pasivas.

“Las activas son el uso de detectores de humo, de sistemas de extinción de fuego manuales, automáticos, etc.”, explicó.

Sobre las medidas pasivas, describió las de construcción, es decir el tipo de material, separación entre locales, cómo se almacena la mercadería y en qué cantidad, además de las condiciones de la instalación eléctrica, de las garrafas, y el cambio continuo de las mangueras. 

Para Castillo, en este punto, si los puestos estuvieran separados por concreto, con un techo sólido, la propagación del fuego podría contenerse y afectar máximo a tres puestos hasta que lleguen los grupos de rescate, pero como están construidos con calaminas delgadas, y están pegados, y encima el techo es común, los incendios se desarrollan rápido. 

“Construir es un gasto para ellos y para las autoridades. Como tenemos concejales que son gremiales, que viven de sus asociados, que los mantienen ahí políticamente, se van por el discurso lastimero de que ‘pobrecitos, no podemos exigirles’. Entonces, si no solucionamos el tema de fondo, seguirán los siniestros gracias a que tienen material combustible del que se alimentan”, criticó.

Hugo Vargas, comandante de los bomberos voluntarios de Rescate Urbano, hizo otras observaciones. Para él, los mercados arden por falta de un sistema de protección contra incendios, como los equipos de extinción, y también por falta de preparación.

Observó que en ciertos lugares, como la ciudadela Villa Primero de Mayo, donde le toca atender, algunos hidrantes no están habilitados, se encuentran cubiertos de basura, ocultos dentro de casetas, o les falta señalética.

 “También falta la inspección en las instalaciones, muchas de estas precarias y/o improvisadas”, dijo.

Cree que la mayoría de los mercados no tiene una red contra incendios, y si la tienen, la gente no la sabe usar. “Por ejemplo, en Los Pozos tenían la red, pero no tenían habilitadas las bombas, y las mangueras las tenían a un lado, y el encargado de las bombas no estaba. En el incendio del Plan 3.000, el hidrante estaba dentro de una caseta, y lo vimos después del siniestro”, explicó.

En el caso del incendio del mercado La Ramada, Vargas lamentó que no hubiera espacio para que ingrese el carro bombero.
Algo similar ocurrió a los UUBR; según Castillo, el Mutualista se quemó por completo porque los comerciantes se dedicaron a sacar sus cosas y taparon el hidrante, dificultando el acceso del carro bombero con este.

Desde la Alcaldía, la directora de la Unidad de Gestión de Riesgo, Mary Luz Farfán, dijo que existe un proyecto de ley que propone sanciones, y reconoció que la mayoría de los siniestros ocurren por problemas con las instalaciones eléctricas.

Desde CRE confirmaron que dan charlas informativas periódicas sobre la seguridad eléctrica con la dirigencia de las asociaciones y los comerciantes, pero que las recomendaciones no son de cumplimiento obligatorio.

La preocupación de CRE es que los mercados  tengan una batería de medidores, de acuerdo a las normas técnicas establecidas por la autoridad en el tema, y hasta ahí llega la responsabilidad de la cooperativa, indicaron. Sin embargo, admitieron que no siempre se logra esto.

Consultado sobre el tema, un broker de seguros explicó que en 30 años de trayectoria solamente una vez un mercado de provincia, nuevo, pidió ser asegurado, hace un mes, y se le negó la posibilidad. “La compañía respondió que no, porque estaba fuera de su norma de suscripción asegurar mercados, menos aún si son bienes municipales”, explicó.

PARA SABER
ALCALDÍA En 2023, la unidad de Gestión de Riesgo atendió 351 emergencias por fuego, el 52% fueron incendios forestales y de interfaz, pastizales, quemas de basura; el 24,5% fueron incendios estructurales, entre estos los de mercados.

DOS A TRES POR AÑO
Los datos municipales indican que en cada gestión hay un promedio de tres centros de abastecimiento quemados.

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