Opinión

Bono Contra el Hambre en tiempos de pandemia

10 de marzo de 2021, 5:00 AM
10 de marzo de 2021, 5:00 AM

Una de las primeras acciones adoptadas por el Gobierno del presidente Luis Arce Catacora fue asistir a la población afectada por la crisis del Covid-19 con respuestas inmediatas, tras los cientos de quejas de sectores que no recibieron ningún bono, ni las canastas de alimentos de las municipalidades; ante este escenario, a semanas de ser posesionado, el presidente anunció el pago del Bono Contra el Hambre a partir del 1 de diciembre de la pasada gestión.

Las personas habilitadas para el cobro del Bono Contra el Hambre lo hicieron en base al cronograma establecido, que al haberse alcanzado este objetivo, el mandatario del país anunció en medios que se habría pagado a más de 4 millones de bolivianos, eso viene a significar que el bono llegó a una población beneficiada comprendida entre los 18 y 59 años, afectada por la desocupación, así como a los trabajadores informales que representan el 80% de la población de nuestro país.

Por otro lado, el Bono Contra el Hambre que se pagó hasta el 1 de marzo de los corrientes, de Bs1.000, puede ser considerado el más elevado entre los bonos otorgados por los Gobiernos en tiempos de pandemia, sin embargo, ha significado en términos financieros una importante inyección de recursos para la economía nacional.

Así lo refrenda la gerenta de la Cainco y la Cámara de Industria y Comercio de Chuquisaca que manifestaron en un medio radial de prensa que en el mes de diciembre hubo un incremento de circulante debido al pago del Bono Contra el Hambre. Asimismo, aseveraron erróneamente que la población habría adquirido más bienes y servicios pero en beneficio del contrabando.

Al respecto, es una realidad que la población boliviana ante un escenario negativo generado por la pandemia con el bono acudió primordialmente a comprar aquellos productos básicos de la canasta familiar y que estén a su alcance, como pollo, arroz, fideo, azúcar y otros producidos por nuestra industria nacional y no necesariamente obtenidos del contrabando, pues nuestra economía no gira en torno a este ilícito que se encuentra penado por ley y que afecta directamente a la producción nacional, por ende a nuestra economía.

Entonces, señalar que los recursos otorgados por el Bono Contra el Hambre sirvieron al contrabando resulta ser un razonamiento perverso y sin un asidero serio, que al parecer buscaría desnaturalizar los propósitos del citado bono, cual fue brindar a la población boliviana un paliativo para afrontar el impacto negativo del Covid-19.

Finalmente, cabe señalar que la visión que podamos tener de nuestro país sobre un tema en particular, respetando el criterio personal de cada uno, no soslaye ni distorsione la realidad sobre la cual nos desenvolvemos a fin de evitar confusión en la sociedad.



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