Dos décadas después, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH) falló a su favor, concluyendo que el Estado boliviano es responsable de la vulneración de sus derechos y revictimización

23 de enero de 2023, 4:00 AM
23 de enero de 2023, 4:00 AM

El caso de Brisa De Angulo Lozada se constituyó en paradigmático, luego de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte- IDH) fallara a su favor. Por 21 años, Brisa peregrinó en busca de justicia, pero el sistema la revictimizó, mientras que su agresor lleva una vida normal en Colombia, trabajando con jóvenes y adolescentes.

Este fallo dicta los estándares con que deben tratarse los casos de violación para evitar la revictimización, pero también es una esperanza para Brisa, en su búsqueda de reformas al aparato judicial boliviano.

Sorprende su serenidad cada vez que habla del tema.

Son 21 años que vengo trabajando en esto. Inicié la Fundación Una brisa de esperanza hace 18 años en Bolivia, tenemos más de 2.200 menores, víctimas de violencia sexual, a los que hemos dado servicios legales y sicológicos gratuitos. Es con estos menores y familias que han sufrido, que hemos formado una comunidad sanadora, ese es el mayor aliento.

Este fallo también da mucha esperanza, creo que por fin empezarán a darse cambios estructurales, pero hay mucho que recorrer, también emocionalmente.

Tenemos 95% de sentencia condenatoria de todos los casos que hemos llevado a corte, que son más de 700.

Sin embargo, su proceso sigue abierto...

El mío continúa abierto hasta que traigan al agresor a Bolivia. Es un problema de aquí, ya que el país no tiene políticas para la recaptura, tampoco tiene métodos que aseguren que no escapen los agresores sexuales. Tienen que ocurrir cambios para que no siga pasando.

Hay gente que se rinde en 21 años...

Tuve tres juicios, en el tercero el agresor escapó, y todo este proceso duró casi una década, y al mismo tiempo empezamos la fundación. En parte tuvo que ver con conocer mi propio trauma y apoyar a otros niños. Estudié Neurosicología y hago investigación sicológica con centros internacionales y programas en diferentes partes del mundo, donde encontramos cómo impacta el trauma en el cerebro y qué tipo de terapias y procesos de sanidad pueden manejarse.

En todo ese proceso hice un doctorado en Derecho, al sentir que tenía que usar mi caso como emblemático, para visibilizar lo que sufren miles de niños. Lo que me pasó no sucedió hace 21 años y dejó de pasar, continúa ocurriendo a miles de niños.

Quise visibilizar los puntos de violación de derechos humanos, y mostrar a la CIDH cuáles son las mejores prácticas y los estándares internacionales que deben existir no solo para Bolivia, sino para toda la región. Metimos mi caso a la CIDH hace 13 años, y con el fallo, incluso hay países europeos buscando aplicarlo, porque es la primera corte que menciona el incesto.

¿Qué situaciones la revictimizaron?

Tenía 16 años cuando pasó el abuso. Me revictimizó la forma en que me trataron los jueces. Hasta hoy tengo pesadillas y despierto sudando, se me vienen imágenes de la forma en que el juez me trataba, me decía que me calmara y callara y que iba a sacarme del juzgado si yo seguía llorando.

El terror que yo tenía de contar mi historia, era una niña completamente destrozada, llorando, y un juez insensible, haciendo preguntas, tratándome como mentirosa, de forma hostil, cuestionando, y sin embargo dando apoyo al agresor. Incluso la fiscal me amenazó, diciendo que me callara o me metería a la cárcel, haciéndome contar la historia una y otra vez, pidiendo exámenes forenses innecesarios de forma deshumanizante. A todos los niños les hacen eso, es lo que quiero visibilizar, que eso que parece normal está generando un impacto horrible en el cerebro, un trauma. El Estado se está convirtiendo en un segundo agresor.

¿Realmente cree que el sistema judicial puede cambiar?

Lo último que perderé es la esperanza y creo que con este fallo, la CIDH ha sido muy clara, tiene que haber cambios y Bolivia tiene seis meses para empezar a mostrar cómo lo está haciendo.

Bolivia y Perú encabezan las estadísticas de la región...

Uno de los mayores problemas es el tabú, uno de los más grandes es el incesto, que ni siquiera está como un crimen en Bolivia, y los jueces continúan recomendando a las víctimas que arreglen el problema en casa. Existe una minimización del incesto y de su impacto.

Con el fallo, Bolivia tiene que reconocer el incesto como un crimen. Entonces, recién empezaremos a ver diferencias en la judicialización de este tipo de crímenes.

¿Por qué se viola tanto a los niños en Bolivia?

Hay dos fenómenos grandes, uno de ellos es el adultocentrismo, la cultura de los beneficios y la atención en los adultos, y todo lo que tiene que ver con el niño se minimiza.

Por ejemplo, desde que nacen forzamos a los menores a hacer cosas que no quieren, sin explicarles por qué. Los niños van acostumbrándose, y después es difícil que el niño cuente que le hacen algo que no le gusta.

El segundo fenómeno es el androcentrismo, de que los intereses del varón, del macho, son más importantes y se protegen. En la cultura del incesto tenemos todo un sistema que protege al patriarca, y los trapos sucios se lavan en casa.

Hemos hecho estudios neurológicos con agresores sexuales a escala internacional, y vemos que realmente los hombres no agreden por deseo sexual, les excita causar sufrimiento y engañar, bajo una lógica de cómo se puede violar sin que la gente se dé cuenta, y mientras más puedan engañar, esa es la gratificación, no tanto la sexual. Y esto es un hecho que se hace por poder, y la conspiración del silencio lo perpetúa y hace que esto continúe. Y cuando alguien hace esto de forma libre, se vuelve más experto, como mi agresor, que es prófugo de la justicia, pero que trabaja en una iglesia en Colombia, con jóvenes y adolescentes.

¿Ayuda este fallo a castigar a los funcionarios judiciales?

La CIDH dice que tiene que hacerse, que debe juzgar a estas personas, investigar y judicializar. Veremos qué hace Bolivia.

Según las estadísticas de su fundación ¿quiénes son los niños abusados?

Hicimos una investigación con más de 4.000 niños y adolescentes. Encontramos que uno de cada tres está siendo víctima de violencia sexual en Bolivia, y uno de cada cinco, antes de cumplir los 18 años. El 85% de los niños nunca cuenta a alguien haber sido víctima de violencia sexual, y los pocos que cuentan, tienen a demorar muchos años en hacerlo.

Más del 75% de los casos de violencia sexual se conducen en el entorno de la familia.

¿Se tiende a tapar el abuso cuando se da en el entorno familiar?

Ese es precisamente el hecho por el que debe tratarse de forma diferente al incesto, porque la víctima está mucho más desprotegida. Si el agresor fuera un extraño, toda la familia apoyaría al menor, pero cuando el agresor es del grupo familiar, los parientes piden a la víctima que calle, como me pasó a mí, con mis tíos, abuelos, etc.

No hubo una sola persona, aparte de mis papás y hermanos, que quisiera estar de mi lado, me dieron la espalda, incluso asistieron a la corte a testificar contra mí.

Si visibilizamos el incesto como un crimen, y empezamos a generar conciencia, será más fácil que las familias apoyen a la víctima.

¿Qué se necesita para lograr lo mismo que usted?

Los padres minimizan el gran poder que tienen. El hecho de que yo tuviera padres a mi lado, sin importar lo que pasara, fue uno de los motores más grandes, yo podía arriesgarme y ellos siempre estarían a mi lado, creyéndome.

Si los niños rompen el silencio, el hecho de que los padres les crean, eso significa todo, que la vida de los niños vale tanto para sus padres, que buscarán justicia y lucharán por ellos.

En mi caso no fue fácil, tuve bulimia, anorexia, intentos de suicidio, pero poco a poco encontré personas en el camino que se convirtieron en una nueva familia y estamos saliendo adelante.

¿Cuál es el secreto para sanar a las víctimas de abuso?

Es un tema muy largo. A jueces, fiscales, etc. les muestro qué partes del cerebro de las víctimas se lesiona, nosotros tocamos diferentes partes del cerebro con distintas técnicas para sanar. Trabajamos en ocho fases y cada una de ellas tiene aspectos muy específicos, hemos creado los protocolos para dárselos a cualquier persona, damos las capacitaciones y acompañamiento. Queremos que el Gobierno vea nuestro recorrido, podemos capacitar a los funcionarios de justicia.

¿A cuántos funcionarios capacitaron en 18 años?

En total, hemos capacitado a más de 120 mil personas en Bolivia, desde jóvenes hasta profesionales. Tiene que nacer del Gobierno, que todo funcionario pase por eso.

El número de funcionarios judiciales es bajo, pero no sé si es por falta de interés o porque las estructuras no les permiten participar en este tipo de cursos, pero con el fallo, es uno de los requerimientos.