23 de noviembre de 2022, 4:00 AM
23 de noviembre de 2022, 4:00 AM

La dirigencia política, el Gobierno, los parlamentarios y los liderazgos cruceños están demostrando no estar a la altura de la ciudadanía; demuestran sus serias limitaciones para los roles que cada uno de ellos ocupa, y se están aplazando en el manejo de una crisis que hoy ingresa al día 33 de un paro indefinido, inédito, pero también desgastado. 

Los proyectos de ley para fijar las condiciones principales del censo apenas han ingresado a la Comisión de Constitución, el primero de varios pasos que aún quedan en el procedimiento legislativo, y sin embargo ahí se ha entrampado todo.

Para comenzar, la oposición no pudo haberlo hecho peor al presentar nada menos que cinco proyectos de ley. Incapaces de trabajar, de coordinar y de ponerse de acuerdo entre ellos y más preocupados en sus propias mezquindades pequeñas, le dieron al Movimiento al Socialismo (MAS) el argumento perfecto para justificar los retrasos, que es lo que más le interesa al partido gobernante.

El único que quizá se salva de esa crítica es el rector de la Uagrm, Vicente Cuéllar, el hombre de la palabra equilibrada, la mirada serena y la posición sensata, alejado de intereses políticos que parecen defender todos los demás actores de esta larga y ya agotadora historia.

En La Paz, el MAS hace su juego paciente de perder tiempo porque preside la Comisión de Constitución, que no avanza nada. No le interesa la ley, juegan al desgaste del paro indefinido cruceño, no muestran ningún interés ni se conmueven ante el ya largo sacrificio de los ciudadanos.

Y en este caso se unieron los dos MAS, el del presidente Luis Arce y el de su jefe, Evo Morales. Este último, inoportuno como suele ser, salió el lunes a poner una zancadilla a los intentos por avanzar en la aprobación de la ley al llamar traidores a la bancada renovadora de su partido si aprueba lo que él considera la primera norma del ‘pacto’ entre ese sector del MAS y la ‘derecha golpista’. El hombre que acaba de comprarse un equipo de fútbol no ahorra adjetivos cuando ve amenazado su liderazgo.

Pero en Santa Cruz también prima últimamente la insensatez, el cálculo y las disputas políticas internas: unos que presionan para que no se suspenda el paro por ningún motivo y juegan -igual que el MAS- a las posiciones extremistas y radicales, mientras otros no demuestran perspicacia ni iniciativa para buscar nuevas estrategias para salir de este brete y devolverle la certidumbre a la gente que está en las calles desde hace 33 días.

Los liderazgos que conducen este movimiento necesitan asesoramiento para encontrar fórmulas que den un respiro a los ciudadanos y tengan la posibilidad de recuperar sus golpeadas economías; alguien que les diga que existe el recurso del cuarto intermedio o el estado de emergencia para, por ejemplo, levantar el paro, y continuar atentos a la aprobación de la ley.

¿No era acaso el objetivo que las elecciones del año 2025 se realicen con los datos del próximo censo en la distribución de escaños parlamentarios según el criterio de población y que los recursos se redistribuyan en las regiones en base a los datos de ese mismo censo? Si todo eso ya se logró, ¿qué sentido tiene mantener el paro indefinido, desgastando peligrosamente una fórmula de conquistas hasta ahora eficaz?

Esta no es la última lucha de la región; vendrán más batallas, pero para enfrentarlas se debe conservar el entusiasmo del capital social cruceño, que es su gente, que a estas alturas demostró suficientemente su compromiso y su sacrificio. Ahora necesita trabajar. El paro ya cumplió su objetivo. Mantenerlo es absurdo y responde a cálculos políticos personales.

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