Opinión

cara a cara

18 de febrero de 2020, 3:00 AM
18 de febrero de 2020, 3:00 AM

Periodistas y analistas acostumbran decir que una encuesta es una “fotografía” de las preferencias de los electores. Parece que la metáfora se usa para pedir disculpas por la temporalidad de la muestra o para deslindar responsabilidades en caso de que esta resulte errada frente a lo que los políticos rezagados llaman “la verdadera encuesta”, refiriéndose a las elecciones. 

Cierto que los resultados de una encuesta pueden variar de un día para otro: no falta el candidato que la embarra o el novato que cae simpático; también están los indecisos, que finalmente mueven la aguja un poquito para arriba o para abajo. Los programas de gobierno de cada partido no mueven la aguja para ningún lado. 

Fuera de esas variaciones sutiles, la fotografía que nos han mostrado en los últimos lustros es repetitiva: voto masista versus voto antimasista; voto del occidente versus voto del oriente. ¡Qué fotógrafo aburrido!

La gente comienza a ponerse en modo Carnaval por estos días. Lo que se diga y se haga suele caer en saco roto porque muchos ya se van desenchufando de la realidad. Buena época para aprobar medidas polémicas, porque nunca se ha sabido que los bolivianos pongan en riesgo las carnestolendas con paros, bloqueos o cualquier tipo de protestas.

Claro que la resaca siempre depara un duro despertar. Después de las fiestas, los asuntos importantes vuelven a cobrar vida, con el aditamento de unas reñidas e intempestivas elecciones. Se vienen meses de incertidumbre. Mientras tanto, ¡juuuerza camba!



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