Opinión

cara a cara

10 de marzo de 2020, 3:00 AM
10 de marzo de 2020, 3:00 AM

_El Gobierno de transición tenía a su favor la censura popular que recaía sobre los asambleístas del MAS en la Asamblea Legislativa. Al partido que hizo trampa no le quedaba otra que cooperar en la recuperación de la democracia. Esa leve ventaja moral se diluyó cuando la presidenta Jeanine Áñez decidió postularse a la Presidencia. Con ella en campaña y con el MAS ya curado de sus heridas, ahora vale todo. 

La mayoría masista se acordó de que podía censurar ministros, pese a que en 14 años no hizo más que aplaudir a los ministros cuestionados de ese periodo. 

El Gobierno intentó eludir la censura, sin embargo, la presidenta Áñez dejó sin efecto la designación de Luis Fernando López como ministro de Defensa. Lo cierto es que esta etapa de transición se ha vuelto peligrosamente conflictiva, como estaba previsto.

_La recuperación de la osa Valentina nos redimía –aunque sea una pizca– de los brutales daños que la actividad humana ocasionó a la fauna y a la flora de la Chiquitania el año pasado. Valentina sobrevivió al infierno que consumió su hábitat. Fue un milagro que se haya sobrepuesto de las quemaduras en sus patas y de la desnutrición crónica. 

Su resiliencia y el esfuerzo de mucha gente que veló por ella como si fuera una hija lograron su completa recuperación, al punto de estar casi lista para ser reinsertada en su hábitat natural. Valentina se convirtió en un símbolo, en un hálito de esperanza para nuestra vapuleada biósfera. No se concibe la perversidad de haberle provocado la muerte.



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