Opinión

Cara a cara

26 de septiembre de 2020, 8:43 AM
26 de septiembre de 2020, 8:43 AM

La pandemia ha cambiado el mundo y su forma de moverse. Se han ido modificando las políticas sanitarias de los países para el tratamiento del coronavirus y los métodos para enfrentarlo. Hoy el mundo tiene casi 33 millones de contagiados y en los próximos días llegará lamentablemente al millón de muertos. La única cifra alentadora es que se han recuperado 24 millones de personas del Covid-19. Por su parte Estados Unidos ha superado los 7 millones de casos con casi 210 mil personas muertas. Además de ser el país más afectado, el tema es central en las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo 3 de noviembre. India es el segundo país del mundo que ha llegado al umbral de los 6 millones de personas contagiadas y Brasil con casi 4,7 millones debió suspender el carnaval de Rio de Janeiro, símbolo y orgullo histórico y cultural del país vecino.

En el ránking de los países de América Latina, llama la atención Colombia que ha superado al vapuleado Perú en cuanto cifras de contagios (casi 800 mil) y el vertiginoso crecimiento de la Argentina en las últimas semanas que ya ocupa el noveno lugar en el mundo de personas contagiadas bordeando los 700 mil afectados. La Organización Mundial de la Salud advirtió que podría haber hasta dos millones de muertos por la pandemia y que la vacuna no será, por ahora, la solución definitiva. Queda mucho por trabajar en los aspectos sanitarios y en el cuidado individual. Sin duda, las cosas no volverán a hacer como antes.

Un año sacudido por las crisis medioambientales, políticas y de salud, no han permitido disfrutar el mes de Santa Cruz en plenitud como estábamos acostumbrados. Pocas obras para inaugurar, casi ningún regalo que recibir y mucho humo que respirar para intoxicar nuestros organismos. Esta vez el cielo más puro de América queda en el himno. Se va septiembre tan rápido como llegó, y no como hubiésemos querido despedirlo. Un 2020 atípico para un aniversario diferente. No obstante, la pujanza arrolladora y el espíritu optimista de cruceñas y cruceños no impiden, dejar de inflar el pecho y sentirse orgullosos de esta tierra bella. El canto de nuestras aves, el viento compañero y la alegre música que suena en los rincones de la región invitan a disfrutar de este lugar del mundo que sigue para adelante porque nadie lo puede frenar.

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