Opinión

cara a cara

15 de enero de 2021, 5:00 AM
15 de enero de 2021, 5:00 AM

_Cediendo bajo presión, el Gobierno de Luis Arce ha sorteado su primera crisis del año. Aunque a costa de un grave riesgo para la estabilidad del sistema financiero nacional, según ha alertado Asoban, un acuerdo con los transportistas para diferir el pago de sus obligaciones por seis meses, hizo que se levantaran los bloqueos de carreteras y otras medidas de presión aplicadas desde el martes a escala nacional por el poderoso gremio. Los abusos de los bloqueadores, con agresiones y pinchazos, fueron parte de la ‘estrategia’ desplegada para garantizar la eficacia de la protesta. Es cínico el pedido de ‘disculpas’ de dirigentes del sector por los perjuicios ocasionados a la población. Como por los cuantiosos daños económicos a diversos sectores bloqueados en medio de su angustiosa lucha por la subsistencia.

_Es muy probable que en el planeta no exista una ‘derecha’ tan cargada de responsabilidades y culpas como la de Bolivia donde, desde la vereda de enfrente, le achacan todos los males habidos y por haber. Por eso no hace falta adivinar a quién le atribuyeron la silla lanzada contra el exjefazo cuando quiso imponer una candidatura del ‘instrumento político’ para las elecciones de marzo. Ni de quién fue la mano, el abrazo o el estornudo en la cara que le pegó el coronavirus en una de las concentraciones a las que acudía sin barbijo y se apretujaba con sus seguidores. Y… ¡es la derecha, faltaba más! quien ‘desinformó’ sobre el contagio del caudillo cocalero, aunque luego su ingreso a una clínica privada fuera confirmado a regañadientes por vocerías oficiales.



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