cara a cara

_No habrá cuarentena rígida por ahora. Los sectores económicos presionan para que así sea. Las autoridades no se atreven a tomar una medida drástica. Entretanto, hay que preguntarles a ellas y a los sectores que presionan ¿cómo se va a frenar esta escalada vertiginosa de contagios? ¿Qué harán para que se use barbijo en los micros y para que en los mercados haya desinfección y distancia social? ¿Podrán ser coherentes y dejarán de promover aglomeraciones en las entidades del Estado? ¿Dejarán de hacer campaña con grandes concentraciones? La voz de las autoridades del Sedes suena desesperada. Hubo más de 10.000 contagios en lo que va del mes de enero. La segunda ola luce peor que la primera y aún no se sabe cuál es el grado de letalidad. Frente a ese panorama incierto (por las cifras y por las indefiniciones de las autoridades) queda decir: “¡Sálvese quien pueda!”.

_Hay máxima tensión en Washington. Mañana será la posesión del presidente número 46, Joe Biden. La vigilancia es impresionante y cualquier situación inusual es motivo de alarma. Los extremistas que atacaron el Capitolio encontraron la manera de comunicarse a través de Telegram y otras redes sociales. Se teme que se reorganicen y vuelvan a sembrar el caos. Prácticamente todo el contorno estará cerrado, salvo pequeños espacios que tendrán fuerte resguardo policial. Pero el problema no terminará con el juramento, se cree que las tensiones se mantendrán. Por eso, EEUU está atento a las primeras acciones del nuevo mandatario, quien emitirá decretos ejecutivos que terminarán con la era Trump.