Opinión

cara a cara

7 de abril de 2021, 5:00 AM
7 de abril de 2021, 5:00 AM

_Alexis Dessard es un turista francés de 24 años que llegó hace poco y de pura casualidad a Bolivia. Cuando puso sus pies en el país le recomendaron que no dejara de visitar el salar de Uyuni. Así lo hizo y quedó deslumbrado por su esplendor único, pero también llamó su atención la enorme cantidad de basura acumulada en el ‘cementerio de trenes’, otro de los poco cuidados atractivos turísticos del lugar. Sin mucho pensarlo, Alexis promovió una campaña de limpieza que tuvo inesperada respuesta. Un esfuerzo mancomunado permitió recoger ¡dos toneladas! de basura y al viralizarse, la acción fue conocida alrededor del planeta y su gestor alcanzó una notoriedad que no había buscado y un reconocimiento merecido.

_Al joven Dessard le está costando marcharse. Tiene buenas razones para quedarse más tiempo del que tenía previsto. Lo invitaron desde Oruro para unirse a una cruzada por el lago Uru Uru que rebalsa de basura plástica contaminando sus aguas cada vez más escasas y podridas por el daño al medio ambiente. El empeñoso y entusiasta Alexis puso manos a la obra y convocando a los orureños, autoridades e instituciones, confía en alcanzar resultados similares a los de Uyuni en un par de semanas.

_Los bolivianos tendríamos que agradecer el gesto Alexis Dessard. “Por su méritos y servicios eminentes”, diría el Estado si reparara en lo que ha hecho a fuerza de voluntad. Pero más que colgarle una medalla, será mucho mejor si cultivamos su sencillo ejemplo tras admitir lo depredadores que somos de los dones extraordinarios que nos legó la naturaleza.



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