Opinión

Cara a cara

3 de septiembre de 2021, 5:00 AM
3 de septiembre de 2021, 5:00 AM

_El 5 de septiembre se cumplirán 35 años desde que se apagara la vida de nuestro Noel Kempff Mercado, acribillado por el narcotráfico en la meseta de Caparuch (Huanchaca). “Al buscar el encanto de la vida se encontró con la muerte”, escribió su sobrino Manfredo. 

Hasta allí había llegado junto a parte de un equipo investigador de la fauna y flora del lugar. Pero en la pista de aterrizaje que se suponía abandonada, la fatalidad salió al encuentro del profesor Noel y de dos de sus acompañantes; el piloto Juan Cochamanidis y el guía Franklin Parada. Sobrevivió a la tragedia el expedicionario español Vicente Castelló, cuyo testimonio desgarrador permitió luego conocer lo ocurrido. En Caparuch funcionaba una enorme y bien montada factoría para la fabricación de cocaína. Las investigaciones del escabroso hecho, con diversos e influyentes actores e implicancias, no avanzaron mucho.

_35 años después de la desaparición de Noel Kempff Mercado, golpea y estremece saber que los cultivos de coca avanzan sin pausa en Santa Cruz. Que el crecimiento de cocales es del 56% entre 2019 y 2020. Que los cultivos ilegales invaden áreas protegidas. Esos datos están contenidos en el informe de la Oficina de NNUU contra la Droga y el Delito (Unodc) al Gobierno boliviano pidiéndole que reforeste las zonas devastadas por los cocaleros y mejore los controles para impedir la proliferación de cultivos de coca que alimentan el sucio y vil negocio de los pichicateros. El sacrificio de Don Noel, Juan y Franklin no puede haber sido en vano. No es posible que así sea.

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