Opinión

Cara a cara

3 de diciembre de 2021, 5:00 AM
3 de diciembre de 2021, 5:00 AM

_Cien días después de su partida desde Trinidad hacia Santa Cruz de la Sierra, la marcha de los indígenas de tierras bajas por la reivindicación de sus derechos, ha establecido un cuarto intermedio para el retorno de sus participantes a sus lugares de origen. Durante su larga permanencia en esta ciudad, la solidaridad de los cruceños con los marchistas se dejó sentir de una y otra manera. De manera especial merece resaltarse el respaldo de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno que habilitó uno de sus ambientes para cobijarlos y atender, además, algunas de sus necesidades.

_El apoyo cálido y espontáneo del pueblo cruceño, de buena parte de su institucionalidad, contrastó con el torpe y desdeñoso trato dispensado por el gobierno de Luis Arce que optó por ignorar, de principio a fin, la marcha y las invitaciones cursadas a representantes de los poderes del Estado para que simplemente escucharan las demandas de ciudadanos tan bolivianos y bolivianas como aquellos otros mucho más afortunados por su militancia o afinidad política con el poder de turno.

_No obstante, la sacrificada marcha conducida por el respetable, sólido y confiable liderazgo encarnado por el ‘Tata’ Marcial Fabricano, cumplió su cometido. Sus líderes y protagonistas recibieron el reconocimiento pleno de la sociedad civil e incluso el de la comunidad internacional. Pero uno de los logros más significativos fue la constitución del Parlamento Indígena como órgano representativo y espacio deliberante donde se harán sentir, fuerte y claro, las voces que no se quiere escuchar.



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