Opinión

Cara a cara

6 de marzo de 2022, 4:01 AM
6 de marzo de 2022, 4:01 AM

El presidente Arce debe contarse entre los pocos gobernantes del planeta que, hasta el momento, no ha pronunciado una sola palabra sobre la invasión rusa a Ucrania. Junto al vice Choquehuanca, parece haber enmudecido ante el conflicto bélico que estremece a la humanidad. Tampoco se le ha escuchado la voz al vocero presidencial que, casi a diario, cumple una nutrida agenda de entrevistas. Mejor si mantenían la boca bien cerrada algunos despistados parlamentarios oficialistas y hasta el propio presidente de Diputados. Dijeron disparates por seguir aborregados el libreto de la ‘operación militar rusa especial’ contra una nación heroica defendiendo su libertad y democracia.

La CPE resalta el papel pacifista de Bolivia. Sin otra interpretación posible, tendría que haber rechazado de plano la ‘guerra de agresión’ desatada brutal y despiadadamente por Vladimir Putin contra Ucrania y su población civil. Aquella proclamada condición y/o cualidad constitucional ha quedado en entredicho por la ambigua y vergonzosa actuación del embajador Pary ante la ONU: Rechazando primero la invasión rusa y luego absteniéndose de firmar la declaración de condena. Sin examinar antes su proceder y las consecuencias posibles para el país en el orden internacional, el improvisado diplomático optó por denostar a sus críticos llamándolos ‘golpistas’ y ‘vendepatrias’. Tras deplorable episodio y quedar Bolivia en el bloque de países dominados por gobiernos autoritarios y antidemocráticos, el jefe de Estado le debe una explicación precisa a los bolivianos, ya curados del espanto.

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