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Cara a Cara

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9 de agosto de 2022, 4:00 AM
9 de agosto de 2022, 4:00 AM

¿Tan difícil es sentarse a conversar? Las malas decisiones políticas están llevando otra vez al país a escenarios de enfrentamiento callejero y mucho dolor. Es verdaderamente agobiante que el único lenguaje sea el insulto y que el único intercambio sea el de piedras, petardos y golpes. El comité impulsor del censo anunció un paro de 48 horas y el Gobierno nacional no hizo nada para evitarlo, salvo las arengas (de ministros y coincidentemente también del alcalde cruceño) para no acatarlo. Ministros, funcionarios públicos y militantes del MAS salieron a desbloquear a la mala, mientras en las conferencias de prensa se decía que el paro era un fracaso. Tomar la vía de la imposición solo llevará a más violencia y luto en Bolivia, un escenario que solo sirve al interés de pocos y que sumerge al país en incertidumbre y mayor división.

Violencia también en La Paz. La Ley reconoce un mercado legal de la coca, que ahora está en manos de cocaleros que no son afines al MAS. Un grupo de militantes del partido de gobierno instaló otro mercado, paralelo y sin respaldo legal. El Gobierno no ha hecho nada para impedirlo y, por el contrario, lo protege. Ayer, los cocaleros legales protestaron y fueron reprimidos por la Policía. Hubo intercambio de gases y dinamitas en un área urbana que parecía zona de guerra.

 Doloroso destino de Bolivia. El Gobierno debe cambiar de rumbo. La violencia no es la vía y tampoco debería servir para ocultar otros problemas como la falta de liquidez económica o la atención de demandas como la del censo, sin dejar a un lado la presencia inquietante de delitos como narcotráfico y contrabando.

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