Opinión

Cara a cara

2 de octubre de 2022, 4:05 AM
2 de octubre de 2022, 4:05 AM

Ni en el cálculo de los más optimistas ni en el de los más pesimistas y/o agoreros encajó la extraordinaria respuesta ciudadana la tarde-noche del viernes a los pies del Cristo Redentor. Por los cuatro costados, apenas cabía un alfiler en el lugar emblemático donde fue celebrado el Cabildo para demandar al Gobierno la realización del Censo en 2023 y no un año después por dudas razonables que despertaron la falta de seriedad, idoneidad y transparencia de organizadores y responsables de llevar adelante la encuesta nacional postergada sin el suficiente sustento técnico y bajo un ‘consenso’ que despierta más dudas que certezas.

La multitud reunida superó a la de convocatorias anteriores, no obstante algunos intentos por interferir y/o molestar la presencia de los vecinos. Como una marcha ‘anticabildo’ de afines al masismo y que fue suspendida sin mayor explicación. O el bloqueo de algunos accesos a la ciudad para dificultar la llegada a la cita. Contra la maniobra desembozada pudo más la determinación y la fuerza de espíritu de ciudadanos y ciudadanas. Que no están dispuestos a que incompetentes y charlatanes de oficio pretendan tomarles el pelo haciendo estropajo de una actividad seria y decisiva para el interés y bienestar nacional como es el Censo. Tampoco a que desde la otra orilla, posiciones radicales o irreflexivas contaminen la esencia de una demanda ciudadana espontánea y legítima en torno a un proceso censal desvirtuado por un Estado que parece incapaz de garantizar su normal desarrollo.

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