OpiniónOPINIÓN

Cara a Cara

24 de noviembre de 2022, 4:00 AM
24 de noviembre de 2022, 4:00 AM

Hay un estrés colectivo. No es para menos. 33 días de paro, sumados a la incertidumbre respecto a qué ocurrirá en el futuro inmediato, crispan los nervios a cualquiera. A ello se suman las altísimas temperaturas en Santa Cruz y la urgencia de generar recursos en la recta final del año. Es como un cóctel que genera más tensiones que las habituales, ya que la esperanza de que sea la Asamblea Legislativa la que dé respuesta a la demanda cruceña se desinfla. Hay frustración al ver el triste rol de los legisladores nacionales. Los del MAS por mentir, por prometer celeridad en la aprobación de la ley del censo y hacer todo lo contrario; decir, maniobrar de manera grosera para dilatar la norma. Los de Creemos por creer que con bravuconadas se resuelven los problemas. Sacaron la cara los de Comunidad Ciudadana, pero sus argumentaciones no fueron suficientes para lograr el cometido.

 En el balance general, sin duda hay un triunfo de la ciudadanía. Primero porque ha sabido demostrar su temple de lucha y resistencia pacífica en las calles, sin rendirse y con la convicción clara. Segundo, porque esa impronta rebelde pudo más que los ataques del Gobierno y del MAS. Ni los cercos ni la violencia de los grupos de choque, ni las maniobras políticas rindieron a Santa Cruz. Y tercero porque ya existe el compromiso de redistribuir recursos en septiembre de 2024 y escaños hasta diciembre del mismo año. Ya el Gobierno y el mundo saben que los cruceños tienen la determinación de hacer cumplir esos compromisos. Ahora es prudente suspender el paro, volver a las actividades y lograr la resiliencia habitual en este pueblo.

Tags