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Cara a Cara

29 de noviembre de 2022, 4:00 AM
29 de noviembre de 2022, 4:00 AM

Santa Cruz no quiere mirarse en el espejo de la intolerancia y la violencia de la que ha sido víctima. El ataque a la casa del presidente del Comité pro Santa Cruz resulta un acto intolerable, absolutamente lejano al espíritu que sostuvo el paro de 36 días, militantemente cumplido por vecinos en las rotondas. La agresividad demostrada por gente encapuchada, probablemente organizada y enviada para cometer actos vandálicos, merece una profunda investigación y sanción. No puede ser que, en democracia, se expresen los disensos a pedradas, cortando la energía eléctrica, las cámaras de seguridad y pintarrajeando las paredes de un domicilio particular. Si se cae en tales conductas, se actúa igual que los grupos de choque que mandaron a agredir a la gente que participaba del paro cívico.

 A menos de un mes de la Navidad, toca el tiempo de la resiliencia. Los 36 días de paro afectaron los planes y estrategias de muchos negocios de todo tamaño, gran parte de ellos constituidos por emprendedores que tienen escaso capital. Toca sumar esfuerzos para reactivar la economía, aprovechar las ofertas y comprar, especialmente marcas hechas en Bolivia, a fin de no favorecer al contrabando que desangra a la industria nacional.

Los cruceños son resilientes antes que quejosos. No será la primera vez que la ayuda mutua, la solidaridad y el espíritu de siempre ir para adelante sacudan los cimientos para que la economía se recupere. Quienes pararon eran conscientes del sacrificio. Es tiempo de ver el alma cruceña ahora traducida en apoyo para que la locomotora del país recupere velocidad.

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