Opinión
OPINIÓN
Cara a Cara
Miles de personas no pueden pegar ojo. Hacen vigilia angustiosa en la calle donde ven salir el sol. Son ciudadanos movilizados para retirar sus depósitos después de que se propagara, incontenible, el rumor de las dificultades financieras de una entidad bancaria. La autoridad del sistema (ASFI) intenta poner paños fríos a la situación. Niega un proceso de intervención y afirma que se siguen “procedimientos normales.” A tiempo de descartar pérdidas a los ahorristas, les pidió no dejarse llevar por “rumores malintencionados”. La reacción fue extemporánea. La confianza de los clientes en un banco es oro en polvo. Su pérdida es irrecuperable. El daño pudo haberse evitado con una explicación precisa y oportuna de quienes estaban obligados a ofrecerla y no lo hicieron.
La Casa Grande del Pueblo cobijó una reunión entre el presidente y la bancada parlamentaria paceña del MAS-IPSP. El tema central fue la “reconstrucción económica” de La Paz. Entre los asistentes se observó al diputado suplente José Rengel Terrazas, posando sonriente para la foto junto al jefe de Estado. No habría nada que objetar si el parlamentario de marras no fuera investigado por el delito de legitimación de ganancias ilícitas y sus giros bancarios a cuatro países por $us 51 millones. Goza de medidas sustitutivas a la detención, concedidas por su rectitud… ¡la justicia boliviana! De todos modos, los encargados de la imagen del mandatario deberían ser mucho más rigurosos con las credenciales de quienes se retratan a su lado, de cuerpo entero y públicamente.