28 de marzo de 2023, 7:54 AM
28 de marzo de 2023, 7:54 AM

“Desagravio a los ex vocales electorales porque no hubo fraude”. Ese fue el motivo del acto realizado ayer y los protagonistas, nada más y nada menos que un miembro de la comisión de la CIDH que llegó a Bolivia para verificar el estado de los derechos humanos. El relato de la posverdad convertido en distinción. Habrá que preguntar: Si no fue fraude, ¿qué fue la invasión del sistema electoral por servidores externos y desconocidos? Si no fue una elección irregular, ¿qué fue el hallazgo de muchas actas firmadas por una sola persona? ¿O cómo se explica el apagón de electricidad durante muchas horas y la variación de votos a favor de Evo Morales cuando volvió la energía? La conclusión de que hubo “manipulación” en el proceso electoral le corresponde a una comisión de expertos solicitada por el expresidente Morales y enviada por la Organización de Estados Americanos, refrendada por la Unión Europea, y también de la empresa contratada para auditar las elecciones, Ethical Hacking. ¿Cómo se explica que hubiera sido el mismo Evo Morales quien planteó nuevas elecciones con otros vocales? Tras casi cuatro años, un hecho así no lo olvida la ciudadanía por más libros y distinciones que busquen lo contrario.

Y a propósito de la comisión de la CIDH, ¿Cual será el siguiente paso? ¿Validar al Gobierno por la vulneración de derechos de los políticos que están presos? Quizás le entreguen otra distinción al ministro que divulgó el nombre de un testigo protegido. Tal vez también condecoren a los policías que atacaron y reprimieron con extrema violencia a los cruceños durante los días de fin de año.