Cara a Cara

La Cancillería cobra en dólares, pese a la escasez de divisas en el país. Así lo establecen las instrucciones internas y así lo cumplen los empleados públicos de esa entidad. De manera insensible y muy al margen de la realidad de los bolivianos. Cientos de personas necesitan que el Ministerio de Relaciones Exteriores valide documentación esencial para estudiar, casarse, entre otras acciones esenciales que hacen a su permanencia en el extranjero. Si bien las normas ordenan el funcionamiento de las organizaciones y los países, éstas deberían adecuarse a los contextos y realidades actuales. O quizás habrá que preguntar si en el imaginario del Estado se vive en un país ideal muy distante del que habitan los ciudadanos en la realidad.

 Tener que pagar en dólares por un trámite obliga a los bolivianos a gastar más (dado que existe un mercado paralelo de la divisa), además de tener que peregrinar en busca de quien haga el cambio y negociar para que éste no sea muy elevado. En síntesis, se obliga a seguir un camino tortuoso, cuando se podría tener una vía llana, digital y no tan costosa.

 A propósito de falta de empatía, Bolivia es de los pocos países que aún pide certificado de vacunación contra el covid, pese a que la OPS dijo que ya la pandemia pasó. ¿Cuál es la necesidad? Podría decir que es complicar la vida de los viajeros, ya que al llegar a Viru Viru, muchas veces ni se pide el documento.

 Sería muy bueno que en las diversas reparticiones del Estado se hagan sesiones acerca de cómo servir mejor y tener más empatía con los bolivianos.