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3 de enero de 2024, 3:00 AM
3 de enero de 2024, 3:00 AM

Y la división dio sus frutos… Así podría titularse la sentencia constitucional que dispone que Mario Aguilera asuma la Gobernación, en tanto Luis Fernando Camacho esté detenido en el penal de Chonchocoro. La acción de cumplimiento (o sea la búsqueda de este resultado) fue planteada por el MAS en enero del año pasado. Durante un año hubo más roces que coordinación entre el hombre de confianza de Luis Fernando Camacho, Efraín Suárez, y el vicegobernador Mario Aguilera. Éste último fue marginado de la gestión departamental y se refugió en el debate sobre la metrópoli, mientras las diferencias tomaban fuerza y se hacían públicas, causando estupor y censura de parte de la sociedad cruceña.

La caravana del 28 de diciembre, a un año de la detención del gobernador, dejó claro que nadie ha olvidado a Luis Fernando Camacho y que hay indignación por las condiciones de su encierro. Sin embargo, nada justifica que continúe la pugna de poder dentro del Gobierno Departamental de Santa Cruz. No logra entenderse, por ejemplo, que el presidente de la Asamblea Legislativa y el vicegobernador no se hubieran reunido para coordinar durante casi un año, entre otras muestras poco afortunadas de quiebre institucional. Cuando la división genera vacíos, se abre la puerta a que estos sean ocupados. Esta vez lo hizo el Tribunal Constitucional Plurinacional.

Este año debería realizarse el censo de población y vivienda. La fecha marcada es el 23 de marzo. Santa Cruz necesita una gobernación fortalecida, para que la ejecución cumpla los mayores parámetros técnicos, para que se sepa cómo está el departamento y cuál es su realidad. Ese es un objetivo claro, pero la lucidez se pierde cuando la pugna por el poder ocupa el espacio.

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