20 de febrero de 2024, 7:37 AM
20 de febrero de 2024, 7:37 AM

 

-A cuidar el bolsillo y la salud mental. Bolivia ha estado sumergida en una burbuja económica durante los últimos años. Una inflación contenida por las subvenciones, el contrabando y las estadísticas del Gobierno, que no reflejan la realidad tal cual es. Pero, en un proceso no tan repentino y sí bastante advertido por economistas, los precios comenzaron a subir, el dólar desapareció de los bancos y también de los mercados, y la crisis llegó al bolsillo de los bolivianos de a pie. Pese a las estadísticas oficiales de desempleo, hay subempleo informal y una elevada precarización del mercado laboral. La sumatoria de los factores provoca un clima de incertidumbre por el futuro, tanto en las familias, como en las empresas.

-  Economistas y empresarios hicieron muchas sugerencias y ya se comienza a ver el golpe de timón en el rumbo del manejo de las cuentas nacionales. Ahora se trata de que el temor no se apodere de las mentes de los bolivianos. Ni miedo ni ilusión de una realidad ficticia. Lo que hay que hacer es tomar conciencia de la situación actual en toda su dimensión y hacerlo también debería prepararnos a todos para sobrellevar medidas económicas que pueden ser difíciles, pero que pueden ser la salida a una crisis que está avanzando.

- En lo que la opinión pública no debería transar es en exigir transparencia y coherencia a la hora de gobernar: lo que se traduce en austeridad, mayor fiscalización para minimizar la corrupción y que se acaben las dádivas clientelistas. El país necesita seriedad y responsabilidad. Si el Gobierno actúa correctamente, esa será su mejor carta ante el electorado en 2025.



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