Cara a Cara

Santa Cruz despide con profunda tristeza al Dr. Herland Vaca Díez, una figura excepcional cuyo legado trasciende generaciones. Su incansable dedicación a la medicina y su valentía en la lucha por los valores democráticos y los derechos civiles han dejado una huella imborrable en la sociedad boliviana. El Dr. Vaca Díez, pionero en el campo de los trasplantes de riñón en Bolivia, ha salvado innumerables vidas y ha brindado esperanza a cientos de personas y sus familias. Como líder cívico, dedicó gran parte de su vida a la causa de su departamento y el país, siendo un ejemplo de integridad y firmeza en sus convicciones. Las expresiones de pesar y las muestras de cariño que inundan nuestras calles y redes sociales son testamento de la bondad y nobleza que caracterizaban al Dr. Vaca Díez. Paz en su tumba.

Otras muertes que han conmovido a la sociedad han sido la de la abuelita de 81 años y algunos miembros de su familia, que fallecieron intoxicados luego de haber consumido buñuelos que la propia anciana preparó utilizando un químico de uso agrícola pensando que era leche. Pese a que se desconocen las circunstancias que propiciaron ese fatal error, es oportuno reflexionar sobre la poca atención que se presta a la manipulación de sustancias peligrosas en los hogares. De nada sirve que los productos de fábrica vengan con advertencias sobre su toxicidad y sobre la importancia de almacenarlos en un lugar seguro, si al final la gente utiliza botellas de gaseosas, bidones y otros recipientes para volver a llenarlos con venenos de todo tipo y combustibles. Sería prudente llevar a cabo una campaña para evitar la precaria manipulación de estas sustancias.