6 de marzo de 2024, 4:00 AM
6 de marzo de 2024, 4:00 AM

¿Se volvió censor el libertario? Así parece ocurrir con Javier Milei, el presidente de Argentina. Con discursos altisonantes cuestiona la intervención del Estado en la economía. Critica a la política tradicional a la que llama “la casta”, pero no tolera cuando alguien opina diferente a él. La libertad de prensa le estorba. El pasado fin de semana cargó en las redes sociales contra dos periodistas que se atrevieron a publicar sus miradas sobre su gobierno. Y antes generalizó a quienes trabajan en los medios y no escriben lo que él quiere. Así, Milei muestra que sigue perfectamente el libreto de los autoritarios que, al no saber cómo resolver los problemas que encuentran al paso, agreden a los periodistas. Además, se refugian en las redes sociales donde escriben lo que quieren, sin que nadie les haga preguntas. Total, también tienen seguidores y bots que los aplauden y les generan un microclima que es complaciente.

 La libertad que pregona tiene límites. Veamos el segundo ejemplo, la forma en que hablan sus conciudadanos. Aunque parezca increíble, el Gobierno de Javier Milei ha prohibido el lenguaje inclusivo en el sector público de su país. Le molesta que se hable de juezas o de abogadas, de capitanas o coronelas. Se entiende que no esté de acuerdo o que elija no hablar de esa manera; sin embargo, la prohibición de algo ya no es libertad y es ahí donde caen sus argumentos.

Las promesas necesitan coherencia para tener respaldo sostenido. O se es militante de la libertad o no. Ojalá que esas incongruencias no saboteen el objetivo principal de recuperar la economía argentina.


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