17 de marzo de 2024, 4:00 AM
17 de marzo de 2024, 4:00 AM

Lima, la capital de Perú, es la ciudad con mayor congestión vehicular en América Latina. Diversos informes precisan que, en promedio, los limeños perdieron en 2023 aproximadamente 157 horas al año al ser demorados por embotellamientos y otros contratiempos relacionados con el tránsito. Le siguen Ciudad de México con 152 horas y Bogotá, Colombia, con 117 horas. El tiempo que los limeños emplean para completar una ruta de 10 kilómetros en la capital a bordo de un vehículo es de 27 minutos y 10 segundos.

Santa Cruz de la Sierra, la ciudad más grande y poblada de Bolivia, no figura en ese ‘ranking’ nada favorable pero, más temprano que tarde, podría también ser considerada entre las urbes del continente más afectadas por la circulación creciente y caótica de motorizados. El problema se agrava por el incremento permanente del parque automotor y el irrespeto de las normas de tránsito, vuelto un mal hábito entre abusivos conductores del sector público y particular. Otras de las causas son la falta de una mayor cantidad de semáforos y de su funcionamiento no sincronizado para regular el desplazamiento vehicular, especialmente en las llamadas ‘horas pico’.

Una asignatura pendiente en la materia tiene que ver con los planes de reordenamiento vehicular anunciados una y otra vez en cada gestión municipal y que no son implementados porque las autoridades edilicias no se atreven a regular seriamente una ‘movilidad urbana’ desordenada e insufrible que mantiene todavía postergado el avance de la capital cruceña a la modernidad.



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