26 de marzo de 2024, 4:00 AM
26 de marzo de 2024, 4:00 AM



Una joven alcaldesa ha sido asesinada en Ecuador. Tenía 26 años y gobernaba en un municipio de apenas 25.000 habitantes dedicados a la pesca y al turismo. Era un pueblo sobre la costa en una de las zonas más apetecidas por los narcos, que las utilizan para sus envíos de droga. Ecuador está en guerra contra las organizaciones criminales, su población vive en estado de excepción y la violencia sigue dominando en muchas de sus ciudades. Ya antes asesinaron a un candidato a la presidencia, a un alcalde, a un fiscal, sin contar a más de 200 personas, víctimas de la delincuencia.

Una de las lamentables conclusiones para llegar a este estado de situación es que Ecuador, como Estado, fue perdiendo la capacidad de enfrentarse a las organizaciones criminales, que adquirieron poder cuando en el gobierno de Rafael Correa se les dio validez a través de personerías jurídicas y validación. Quedó claro que el Gobierno no puede fiarse porque la factura termina siendo muy elevada. De ser un país próspero y pacífico, ahora tiene una alta tasa de asesinatos y sus indicadores económicos están en lo más bajo de la región.

Una pregunta recurrente al ver estas noticias es si en Bolivia puede pasar lo mismo. Aquí hay territorios sin Estado, donde la Policía no puede operar, se ha reconocido que hay espacios gubernamentales perforados por las mafias. Hay un caldo de cultivo de situaciones que pueden deparar un futuro violento y de consecuencias indeseadas. Sin embargo, al parecer aún hay tiempo de poner coto. Eso demanda voluntad política y determinación a la hora de gobernar.

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