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5 de abril de 2024, 4:00 AM
5 de abril de 2024, 4:00 AM

Tras la muerte de dos jóvenes a balazos tras ser torturados por despiadados sicarios, San Matías, capital de la provincia Ángel Sandóval, aparece otra vez en el ojo de la tormenta. El hecho sangriento está relacionado con el narcotráfico, según autoridades del gobierno boliviano y de los tres gatilleros prófugos identificados como autores por la Policía, uno forma parte del PCC, un temible grupo delincuencial que trafica cocaína. También se le atribuyen los frecuentes ajustes de cuentas en aquella región del país que comparte una extensa y desprotegida frontera con Brasil, nuestro vecino gigante.

 Ambos jóvenes, de 20 y 23 años respectivamente, fueron secuestrados a comienzos de la semana por violar las reglas de juego del ‘narco’. No entregaron un paquete de 75 kilos de cocaína. Luego fueron sometidos a torturas antes de ser muertos a bala. La orden de su cruel ajusticiamiento fue impartida por un sujeto apodado ‘Gordiño’, miembro del PCC. Los cuerpos de las víctimas los encontraron efectivos policiales, abandonados en una zona boscosa. Sus familiares recibieron amenazas de muerte para que no denunciaran lo ocurrido.

 En San Matías, en lo que va del año, suman 17 las muertes atribuidas al narcotráfico y 200, entre hombres y mujeres, se registraron en la última década. La capital matieña y comunidades vecinas parecen estar a merced de narcos y mafiosos porque, desde hace tiempo largo, la presencia del Estado no se deja sentir con la fuerza y efectividad suficientes en ese distante y casi olvidado jirón patrio. ¿Hasta cuándo el abandono y la desatención de San Matías?

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