Cara a cara

El presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, generó controversia al opinar que la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia (Ley 348) es “una ley antihombres”. Además, sugirió que “hay abusos”, aparentemente refiriéndose a abusos contra los hombres. Este tema surgió luego de que su colega senadora Patricia Arce propusiera un proyecto de ley para modificar la mencionada norma, que data de 2013.

Andrónico, como anticipando quién respingaría primero ante su arriesgada declaración, se dirigió a la elocuente senadora Andrea Barrientos, sugiriendo que ella no estaría de acuerdo con sus palabras. Evidentemente, la senadora Barrientos lamentó ante los medios las declaraciones de Rodríguez y solicitó una retractación. Sin embargo, también reconoció la posibilidad de abusos y denuncias falsas bajo el amparo de esa ley.

Es innegable que la famosa Ley Integral no ha logrado reducir la violencia contra la mujer. Bolivia ocupa el segundo lugar en la región en términos de índices de violencia de género, y 7 de cada 10 mujeres han experimentado algún tipo de violencia. Esta situación es alarmante, pero el fracaso no puede atribuirse exclusivamente a la ley. Un análisis detallado de la normativa revela que no deja cabos sueltos y merece su título de “integral”. Sin embargo, la falta de una aplicación efectiva por parte de los operadores de justicia es evidente. Por lo tanto, resulta sorprendente que se intente modificar una ley que ni siquiera se ha aplicado correctamente. Seguramente existen abusos, pero es necesario realizar ajustes en la implementación práctica, no en el marco legal.