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18 de junio de 2024, 4:00 AM
18 de junio de 2024, 4:00 AM

Los chimanes le dejan una enseñanza a Bolivia. Los miembros de este pueblo indígena del oriente boliviano fueron coherentes con sus principios de generosidad a toda prueba. La tragedia del puente Rapuso, que provocó la muerte de una familia de ocho miembros, se cierra con un ejemplo de vida: la generosidad de compartir las donaciones con otras personas necesitadas. ¡Qué diferente a lo que se ve en la escena pública cotidiana!

Los que sobrevivieron a esta tragedia actuaron en silencio, a pesar de que el dolor pudo haber sacado de ellos la bronca y el rencor. Sus seres queridos murieron aplastados por un puente recientemente construido sin que se sepa claramente las causas. Los restos mortales fueron embolsados y dispuestos en una fosa común, sin dignidad, como muestra de una ominosa falta de humanidad. La protesta social hizo que exhumen los cuerpos y los sepulten con respeto. Los chimanes fueron respetuosos y se apegaron a sus valores y principios, consecuentes con lo que aprendieron de sus ancestros.

Lejos del resentimiento, los miembros de esta comunidad le dan una lección al país. Cuánto de esto se necesita cuando Bolivia observa a dirigentes y autoridades que anteponen sus propios intereses, aún a costa del perjuicio de las mayorías. Dirigentes y políticos que bloquean frente a autoridades incapaces de resolver los problemas y especialistas en dilatarlos. Cuánto bien haría el silencio y la acción concreta y oportuna, en lugar de los discursos que hacen ruido y siembran división. ¡Gracias a los chimanes!

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