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28 de junio de 2024, 4:00 AM
28 de junio de 2024, 4:00 AM

La azarosa historia política de Bolivia ha sumado un nuevo capítulo tras lo ocurrido el miércoles 26 y que puso en vilo al país. Fue cuando soldados fuertemente armados y apoyados por blindados y tanquetas, irrumpieron en la Plaza Murillo. Se trató de una toma militar fallida al Palacio de Gobierno, al frente del propio comandante del Ejército, Juan José Zúñiga, cuyo relevo ya había resuelto el presidente Luis Arce, tras unas inapropiadas declaraciones contra el exmandatario Evo Morales, ignorando que las FFAA, por norma constitucional, no deliberan ni deben meterse en asuntos políticos. Incluso Zúñiga desacató la orden de Arce para devolver las tropas a sus cuarteles. Fue uno de los momentos de mayor tensión.

 Después de abandonar el Palacio, el general rebelde fue aprehendido. Le pueden caer hasta 30 años de prisión por los procesos abiertos en su contra por la vía ordinaria y la justicia militar. Queda para el anecdotario el partido de baloncesto que, en el mismo equipo, jugaron Arce y Zúñiga poco antes en un colegio paceño. Como la posesión del comandante en 2022, pese a no figurar entre los mejores de su promoción en el Ejército.

A ver hasta dónde llega la indagación de los hechos y se filtra la luz de la verdad. Mientras, bombardeados por versiones de ‘golpe’ y ‘autogolpe,’ los bolivianos intentan recuperar la paz torpemente alterada. Difícil lograrlo en medio de una ‘tormenta perfecta’. La que se descarga sobre un país atenazado por una grave crisis política, social y económica. Un país urgido, eso sí, de un ‘golpe’ de suerte.

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