Cara a cara

Argentina ha puesto en duda la tesis del golpe de estado, mientras algunos medios de relevancia internacional, como The Guardian, consideran que ese relato no es creíble. Estados Unidos, a través del portavoz del Departamento de Estado, reclama una investigación objetiva. En lo que todos coinciden es en la fragilidad de la democracia en nuestro país. Asimismo, hay un acuerdo implícito de que el asalto militar al Palacio de Gobierno agudiza la compleja situación económica del país y ahuyenta las inversiones.

Este contexto marca como desafío la importancia de que haya coherencia en la investigación, mientras que el análisis de los hechos del pasado miércoles y sucesivos días deja más dudas que certezas. Por ejemplo, llama la atención que -pese a ser un delito muy grave el que se investiga- la mayoría de los detenidos tenga arresto domiciliario. También es curioso que ahora los presos de Chonchocoro se reserven el derecho de admisión y que su posición tenga más peso que la decisión del juez de enviar a esa cárcel al principal acusado por el fallido golpe, Juan José Zúñiga.

Por otro lado, no es responsable ni coherente que desde el Gobierno se acuse a las embajadas de EEUU y la Unión Europea de estar involucradas en el asunto sin presentar pruebas de esos dichos. El tema es demasiado serio y así tiene que ser asumido por los administradores de justicia y por el Poder Ejecutivo nacional. En lo que todos coinciden es en la necesidad de preservar la democracia del país a toda costa y esto demanda máxima responsabilidad a todo nivel. Estamos viviendo un momento crucial y toca estar a la altura de lo que la fe del Estado demanda.